Goon (2012)

“Goon: La Verdadera Historia de un Viaje Inesperado al Hockey de Liga Menor” se presenta como una historia de superación, pero, en realidad, es mucho más que eso. La película, dirigida por Stephen Berkow, se erige como un torbellino de humor, violencia y personajes memorables que, paradójicamente, logra ser sorprendentemente conmovedora. La adaptación de la novela de Adam Frattasio y Doug Smith es una muestra de que las historias aparentemente sencillas, aquellas que se encuentran en los márgenes de la sociedad, pueden contener un gran potencial dramático y cómico.

El núcleo de la película reside, sin duda, en las actuaciones de Jay Baruchel y Ryan Reynolds. Baruchel, como Nicklas “Slapshot” Axelrod, personifica a la perfección el marginado, el chico inteligente, pero socialmente inepto, que anhela desesperadamente ser aceptado. Su interpretación es sutil, divertida y llena de matices, capturando la vulnerabilidad y la frustración de un individuo que busca su lugar en el mundo. Reynolds, por su parte, ofrece una actuación monumental como Malcolm “Mal” Booth. Transforma la caricatura de un jugador de hockey brutal en un personaje complejo, con un pasado turbulento y una inesperada chispa de humanidad. La química entre ambos actores es la piedra angular de la película, generando momentos de hilaridad genuina y escenas de tensión increíblemente efectivas.

Más allá de las excelentes interpretaciones, el guion, a pesar de algunos momentos de ritmo desigual, se sostiene gracias a la inteligente construcción de personajes secundarios. Los veteranos de la liga, interpretados por actores como Marc Normand y Rob Morrow, aportan una autenticidad palpable, representando el lado duro y pragmático del hockey del semi-pro. La película no se limita a mostrar la violencia, sino que explora las motivaciones detrás de ella, mostrando cómo el hockey puede ser tanto una válvula de escape como una forma de supervivencia. La dirección de Berkow se inclina por un estilo visual que equilibra la acción frenética con momentos de introspección, utilizando una paleta de colores que refleja el ambiente sucio y desaliñado de la liga.

Sin embargo, la película no está exenta de defectos. Algunos diálogos son un poco torpes y la trama, en su segunda mitad, se vuelve algo predecible. No obstante, estas pequeñas imperfecciones palidecen frente a la energía contagiosa que emana la película y la capacidad de conectar con el espectador a través de sus personajes imperfectos pero entrañables. “Goon” no busca ser una película de superación heroica; es una comedia deportiva con corazón, que celebra la amistad, la perseverancia y la importancia de encontrar tu tribu, incluso cuando te sientes como un marginado.

Nota: 7.5/10