“Gorrión Rojo” (Red Sparrow) es mucho más que una simple película de espías. Jennifer Lawrence entrega una actuación magistral, cargada de matices y una intensidad palpable, que transforma a Dominika Egorova en un personaje que te atrapa desde el primer momento. La película no rehuye el espectáculo, pero lo integra con una profundidad emocional que sorprende, alejándola de la mera propuesta de thriller centrado en el baile y el seducción. Lawrence no se limita a interpretar a una chica hermosa y vulnerable; explora las capas de dolor, determinación y, en última instancia, la rebelión que reside en el núcleo de Dominika.
La dirección de Sparan Cohen es sólida, aunque a veces puede resultar algo recelosa al mostrar las escenas más impactantes. Se percibe una cierta timidez al plasmar la brutalidad del entrenamiento de Dominika, pero esta cautela, paradójicamente, sirve para realzar el contraste con la belleza superficial del personaje. La película está visualmente muy cuidada, con un diseño de producción impecable que transporta al espectador al mundo frío y opresivo del servicio de seguridad ruso. La fotografía, en general, es oscura y amenazante, pero también posee momentos de belleza inquietante, especialmente en las escenas donde se destaca la danza y el entrenamiento físico de Dominika.
El guion, adaptado de la novela de Don Winslow, es inteligente y planteamiento dilemas morales complejos. La relación entre Dominika y Nate Nash (Joel Edgerton) no es un cliché romántico de espías, sino una interacción en la que ambos se utilizan mutuamente para alcanzar sus objetivos, al mismo tiempo que se ven atraídos por lo desconocido. La química entre Lawrence y Edgerton es excelente, y ambos actores logran transmitir la frustración, el miedo y la creciente tensión de sus personajes. El guion explora temas como la identidad, el poder, la manipulación y la pérdida de la inocencia, pero lo hace con un toque de cinismo y una mirada crítica a las instituciones que perpetúan la violencia.
Sin embargo, la película no está exenta de defectos. Algunos diálogos pueden resultar un poco torpes y el ritmo, en algunos tramos, se vuelve ligeramente lento. Además, la trama, aunque interesante, a veces recurre a clichés del género espía, como encuentros secretos y ambushes. No obstante, la fuerza de las actuaciones y el contenido emocional de la película compensan estas pequeñas fallas. “Gorrión Rojo” es una película que invita a la reflexión sobre la manipulación y la vulnerabilidad humana, y que, sobre todo, es un testimonio del talento de Jennifer Lawrence.
Nota: 8/10