“Gothika” es una película que, a la larga, se queda en una atmósfera tensa y misteriosa, aunque nunca logra trascender su propia ambición. Dirigida por Mark Gore, la cinta se sumerge en la paranoia y la incertidumbre, presentando a Miranda Grey, interpretada con solidez por Rachael Leigh Cook, una psicóloga criminal que se ve inesperadamente atrapada en el papel de la sospechosa. La premisa, una mujer que despierta sin recordar un crimen que supuestamente cometió, es intrigante y ofrece un terreno fértil para el suspense psicológico. Sin embargo, Gore parece más preocupado por crear una sensación constante de incomodidad que por profundizar en la psicología de sus personajes o construir una narrativa sólida.
Rachael Leigh Cook, aunque no sea una estrella en ascenso, cumple admirablemente con el papel de Miranda Grey. Su actuación transmite una vulnerabilidad palpable, una sensación de confusión y desorientación que es fundamental para el funcionamiento de la película. Sin embargo, el guion, escrito por Mark Phillips, carece de la profundidad necesaria para explorar plenamente los dilemas internos de Miranda. Sus flashbacks son fragmentados y, a menudo, poco claros, lo que genera más confusión que claridad. La construcción de la trama, deliberadamente oscura y llena de giros, se siente más como una búsqueda de sorpresas baratas que como un desarrollo orgánico de la historia.
Visualmente, "Gothika" es una película que se beneficia de una dirección cuidada y un diseño de producción atmosférico. Los interiores de la institución mental son opresivos y claustrofóbicos, contribuyendo a la sensación general de aislamiento y locura. La fotografía, con tonos apagados y contrastes marcados, enfatiza la oscuridad y la incomodidad. Sin embargo, la banda sonora, aunque efectiva en algunos momentos, a veces resulta excesivamente dramática, rompiendo con la tensión sutil que el resto de la película intenta mantener. Se hace notar una dependencia en clichés del género, con situaciones que, aunque bien ejecutadas, no aportan nada de originalidad.
El mayor defecto de “Gothika” reside en su guion. Aunque la premisa es interesante, la historia se construye sobre premisas predecibles y personajes poco desarrollados. La resolución, cuando llega, se siente apresurada y poco satisfactoria. La película se aferra demasiado a la ambigüedad, a la duda, pero sin ofrecer ninguna respuesta significativa. No se explora suficientemente la dinámica entre Miranda y sus compañeros de la institución, ni se profundiza en su pasado. El resultado es una experiencia de suspense superficial, que deja al espectador con la sensación de que se ha perdido el tiempo. La película, en definitiva, es un ejercicio de suspense psicológico que, en última instancia, carece de sustancia y originalidad, intentando asustar más que entretener de manera inteligente.
Nota:** 5/10