Grieta (2022)

“Grieta” (Fracture, en su título original) no es una película que deje indiferente. Más bien, es una experiencia visceral que te obliga a confrontar la fragilidad de la justicia y las consecuencias devastadoras de la desesperación. Basada en los hechos reales de Brian Easley, la película se sumerge en la psique de un hombre roto, un exmarine devastado por la guerra y por la vida civil, y nos presenta un relato de supervivencia y de lucha por el reconocimiento en un sistema que parece diseñado para ignorarlo. La dirección de Roger Donaldson logra construir una atmósfera de tensión constante, sabiendo cuándo ofrecer momentos de calma que resbalan hacia el caos, y cuándo intensificar la paliza emocional.

La película no se contenta con narrar un incidente aislado. Donaldson utiliza el secuestro como catalizador para explorar las fallas del sistema legal y la burocracia estadounidense, mostrando cómo un hombre con problemas económicos y de salud, víctima de una negligencia institucional, puede ser tratado como un criminal. El director equilibra magistralmente el drama personal de Easley con la representación de las presiones a las que se enfrentan los empleados del banco, los agentes de policía y los políticos. La película no toma partido de manera simplista; en cambio, nos obliga a examinar la complejidad de la situación desde múltiples perspectivas.

Las actuaciones son excepcionales. Aaron Eckhart entrega una interpretación intensa y conmovedora como Brian Easley. Logra capturar la desesperación, el dolor, la rabia y la vulnerabilidad de un hombre que ha perdido todo y se encuentra al borde del colapso. La química entre Eckhart y la joven actriz que interpreta a la jefa de seguridad, Kate Mara, es palpable y añade una dimensión de humanidad al drama. Mara, con una actuación sutil pero poderosa, transmite el miedo, la incertidumbre y la necesidad de proteger a su familia, lo cual contrasta de manera impactante con la situación de Easley.

El guion, adaptado de un libro de reportaje, es sólido y efectivo. Si bien la trama central se basa en un hecho extraordinario, Donaldson lo utiliza para profundizar en la condición humana y examinar temas como la responsabilidad social, la justicia, la empatía y las consecuencias del trauma. El ritmo de la película es preciso, alternando momentos de tensión dramática con flashbacks que revelan la historia personal de Easley y los eventos que lo llevaron a tomar decisiones tan extremas. Sin embargo, la película podría haber profundizado en la exploración de las motivaciones de Easley, aunque la intensidad del conflicto central deja poco espacio para una introspección más amplia.

En resumen, "Grieta" es una película perturbadora y reflexiva que nos recuerda la importancia de la empatía y la justicia. No es una película fácil de ver, pero es una experiencia cinematográfica que perdura en la memoria. Nota: 7.5/10