Grita, asesino (1958)

“Grita, asesino” (Shivers), estrenada en 1968, es una película que, lejos de ser un mero thriller policial, se erige como una disección visceral de la adolescencia, la ira y la brutalidad. A primera vista, la trama – un joven atormentado por la humillación y la venganza – podría parecer cliché. Sin embargo, la dirección magistral de Henry Fonda, en su incursión en la dirección, la eleva a un nivel de crudeza y desesperación que pocos thrillers de su época lograron alcanzar. La película no se dedica a sensacionalismos baratos; Fonda se centra en la lenta e inexorable erosión de la inocencia, en la desintegración del protagonista y en la sensación constante de peligro inminente. El uso del blanco y negro, característico de la época, acentúa el tono sombrío y claustrofóbico, amplificando la tensión y la desesperación que emanan de la pantalla.

Jack Nicholson, en su debut cinematográfico, ofrece una actuación sorprendente y convincente como Jimmy Walker. Su interpretación es natural y llena de matices, capturando la vulnerabilidad, el miedo y la creciente furia del joven. Nicholson logra transmitir la angustia de un chico que ha sido humillado y que, impulsado por la ira, toma decisiones que lo llevan a un camino trágico. No se trata de una actuación grandilocuente, sino de una representación sutil y poderosa de la transformación de un joven. La química entre Nicholson y Carolyn Mitchell, que interpreta a Carole, es también notable, aportando una dosis de realismo a la relación entre ellos. Brett Halsey, por su parte, entrega una interpretación fría y calculadora como Manny Cole, el antagonista que encarna la crueldad y la falta de empatía.

El guion, co-escrito por Fonda, es uno de los puntos fuertes de la película. La narrativa no se basa en explosiones y persecuciones desenfrenadas, sino en la construcción de la atmósfera y en el desarrollo psicológico de los personajes. Se presta especial atención a los diálogos, que son directos y afilados, y a la descripción de la atmósfera opresiva de la ciudad. La película no ofrece respuestas fáciles ni soluciones simplistas; simplemente muestra las consecuencias de la violencia y la injusticia. El ritmo, deliberadamente lento, permite al espectador sumergirse en la mente de Jimmy, presenciando su descenso a la locura. La película cuestiona la legitimidad de la venganza, mostrando cómo este tipo de acciones perpetúan un ciclo de violencia sin ofrecer una salida real.

En definitiva, "Grita, asesino" es una película inquietante y perturbadora que permanece en la memoria mucho después de que terminan los créditos. No es un thriller convencional, sino una advertencia sobre los peligros de la ira y la impunidad. Es una obra que, si bien podría considerarse excesivamente violenta para los estándares modernos, refleja la brutalidad inherente a la sociedad y la fragilidad de la inocencia. Una película que, a pesar de su edad, sigue siendo relevante y provoca una reflexión profunda sobre la condición humana.

Nota: 7.5/10