Gru. Mi villano favorito (2010)

“Gru. Mi villano favorito” es una comedia familiar que, a pesar de sus evidentes inspiraciones, consigue construir un universo de entretenimiento sorprendente y, en algunos momentos, genuinamente conmovedor. La película, dirigida por Steve Carell y Chris Renaud, nos presenta una visión reimaginada del clásico ‘Mi Villano Favorito’, trasladando el foco a la historia de Gru, no como un supervillano, sino como un hombre inadaptado y con un profundo anhelo de ser un héroe. Este cambio de perspectiva es, sin duda, el motor principal que impulsa la narrativa, ofreciendo una sorpresa agradable al espectador que espera una simple secuela.

La dirección de Carell y Renaud es bastante sólida, dotando a la película de un ritmo ágil y dinámico. La película se beneficia enormemente de su ambientación visual, con una estética pulida que recuerda a los suburbios americanos de los años 60 y 70, con un tratamiento cromático que acentúa el contraste entre la artificialidad de la vida suburbana y la oscuridad que se esconde bajo la superficie. El diseño de producción es notable, creando un mundo creíble y visualmente rico que contribuye a la atmósfera general de la película. Sin embargo, el guion, aunque entretenido, a veces cae en clichés del género de comedia familiar, recurriendo a situaciones predecibles y a un humor a veces demasiado fácil. A pesar de ello, la película consigue mantener el interés gracias a sus personajes bien construidos y a su capacidad para generar momentos cómicos genuinos.

El núcleo de la película reside en las actuaciones, donde Steve Carell ofrece una interpretación magistral de Gru. Su transformación de villano despiadado a un padre inseguro y atormentado es el corazón emocional de la película. Carell logra transmitir una complejidad y vulnerabilidad que elevan la actuación a un nivel superior, y su química con Illumination, un estudio conocido por sus animados personajes, es palpablemente notoria. Sergi López como Martín, el padre de Gru, añade un toque de humor sutil y la interpretación de Kunna (Diana Guerro) como Scarlet, la cómplice de Gru, es destacada, aportando una presencia carismática y un contrapunto interesante al personaje principal. No obstante, el desarrollo de algunos personajes secundarios podría haber sido más profundo.

En definitiva, “Gru. Mi villano favorito” es una comedia familiar que, aunque no alcance la innovación de sus predecesoras, se posiciona como una divertida y entretenida experiencia para toda la familia. La película tiene un potencial que a veces no aprovecha plenamente, pero en su conjunto, es una producción satisfactoria que explora temas como la paternidad, la aceptación y la búsqueda de la felicidad. Es una película que se disfruta más si se mantiene una mente abierta y se permite ser arrastrado por la magia de sus personajes y sus situaciones humorísticas. La película sabe, a pesar de sus fallos, conectar con el espectador a nivel emocional.

Nota: 7/10