Grupo salvaje (1969)

“Grupo salvaje” (Wild Bunch) es un western moderno que, aunque no llega a revolucionar el género, ofrece una experiencia visual y narrativa que se ancla firmemente a la atmósfera cruda y desoladora del desierto fronterizo. Dirigida por Lorenzo Semple Jr., la película no se preocupa por las convenciones narrativas típicas de los westerns, optando por una aproximación más procedural, casi como un thriller, que se desenvolve lentamente, intensificando la tensión en cada uno de sus actos.

La película se centra en un grupo de atracadores de bancos veteranos, cuyas vidas desordenadas y márgenes de existencia los han convertido en una amenaza para las autoridades, tanto americanas como mexicanas. No son héroes ni villanos en el sentido tradicional; son supervivientes, individuos atormentados por su pasado y enfrentados a un presente cada vez más peligroso. Semple Jr. logra retratar con notable precisión la dureza de su existencia, mostrándolos como hombres cansados y desilusionados, donde la lealtad y la violencia son las únicas herramientas que conocen. La belleza del filme reside precisamente en este retrato realista de un mundo marginalizado, lejos de la glorificación del género.

Las actuaciones son sobresalientes, especialmente la de Jeff Bridges como el líder del grupo, Jack Collins. Bridges, con su icónica presencia, ofrece una interpretación magnética, transmitiendo tanto la determinación implacable de un viejo lobo de mar como la fragilidad de un hombre que ha perdido la fe en el futuro. El resto del reparto –Kevin Costner, Robert Duvall, Jimmy Weathers y Walton Goggins– cumplen con creces, aportando matices a un grupo donde cada personaje tiene sus propios demonios y motivaciones. La química entre ellos es palpable, y la dinámica del grupo se siente orgánica, reforzando la sensación de que estamos presenciando la historia de un equipo de gente que ha elegido un camino particular.

El guion, adaptado de la novela de Cormac McCarthy, es quizá el punto más fuerte de la película. McCarthy, con su prosa minimalista y su enfoque en los detalles, ha dotado de una fuerza implacable a la historia. Semple Jr. se mantiene fiel a la esencia de la novela, aunque con algunas modificaciones, priorizando la construcción de la atmósfera y la creación de tensión. Las escenas de persecución son espectaculares, coreografiadas con maestría y logrando un impacto visual considerable. La fotografía de Roger Deakins, por su parte, es simplemente excepcional, capturando la inmensidad del paisaje y la crudeza de la vida en el desierto. La paleta de colores, dominada por tonos ocre y rojizos, refuerza la sensación de aridez y desolación que impregna la película.

Sin embargo, el ritmo pausado puede resultar tedioso para algunos espectadores, y la falta de un antagonista claro podría generar cierta frustración. No obstante, "Grupo salvaje" es una película que exige paciencia y que recompensa a aquellos que se dejan llevar por su atmósfera y sus personajes. Es un western que se centra menos en la acción y más en la exploración de la condición humana en un entorno hostil y desolador, ofreciendo una reflexión profunda sobre la moralidad, la lealtad y la búsqueda de redención.

Nota: 7/10