Guardianes de Oz (2015)

“Guardianes de Oz” es una película que, a primera vista, podría parecer una simple refrito de la historia original. Sin embargo, bajo la superficie de un colorido y extravagante universo visual, se esconde una propuesta que, para bien y para mal, se atreve a desafiar las expectativas. La cinta de Chris Bailey y Mark Iantosca no intenta replicar la obra de L. Frank Baum de manera literal, sino que construye un relato propio, lleno de humor y un mensaje moral que, si bien no siempre es el más profundo, es capaz de conectar con el público familiar.

La dirección es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Se observa una gran atención al detalle en la creación de Oz, un mundo que no solo se ve exuberante y vibrante, sino que también está plagado de pequeños guiños y referencias al original, que agradecerán los fanáticos más acérrimos. La animación, aunque no alcanza la calidad de un estudio de animación de primer nivel, es fluida y dinámica, capturando con éxito la acción y el movimiento de los personajes. El ritmo de la película es ágil, manteniendo la tensión a lo largo de su duración, evitando los excesivos momentos lentos que a veces lastran este tipo de producciones.

El reparto de voces es notable. Ozzy, interpretado por Seth MacFarlane, es el corazón de la película. Su torpeza adorable y su inteligencia aguda lo convierten en un protagonista entrañable. La voz de MacFarlane es perfecta para el personaje, transmitiendo tanto su vulnerabilidad como su determinación. También se destaca la interpretación de Scarlett Johansson como Eveline, una villana con una ambición desmedida y un toque de teatralidad que le dan un cierto encanto. La química entre Johansson y MacFarlane es palpable, y su relación, aunque definida por la antagonismo, está llena de matices y momentos cómicos.

El guion, sin embargo, es donde la película tiene sus mayores debilidades. Si bien la premisa – un pequeño mono que busca a los Guardianes de Oz para desafiar a una malvada bruja – es sólida, la ejecución carece de profundidad. Los diálogos a veces son forzados y el desarrollo de algunos personajes secundarios es superficial. La trama, aunque entretenida, no explora temas complejos ni ofrece reflexiones significativas. El ‘mensaje’ de la película – la importancia de la valentía, la inteligencia y la búsqueda de la justicia – es claro, pero se presenta de una forma bastante directa, sin profundizar en su significado. Algunas subtramas, como la de Gabby, la aprendiz de bruja, resultan desaprovechadas y perdidas en la narrativa.

A pesar de sus fallas, “Guardianes de Oz” es una película que ofrece un entretenimiento decente para todas las edades. Es una opción viable para una noche familiar, con una estética atractiva y un protagonista adorable. Aunque no es una obra maestra, es una película que, con un poco de imaginación, puede resultar un agradable escape a un mundo mágico. Nota: 6/10