Gundala (2019)

“Gundala” es una propuesta visualmente impresionante y, en cierta medida, emocionalmente resonante que intenta redefinir el género de superhéroes, aunque con algunos tropiezos en el camino. La película, dirigida por Alberto Cortés y Miguel Ángel Revull, se presenta como un homenaje sincero al universo de Hugo Pratt, el creador de Corto Maltese, y se atreve a operar dentro de ese molde, pero también buscando su propia identidad. El resultado es un ejercicio ambicioso que, sin alcanzar la perfección, merece la pena ser visto.

La dirección de Cortés y Revull es, sin duda, el punto más fuerte de la película. La estética, influenciada por el cómic original, es exquisita. El uso del color, especialmente el azul, crea una atmósfera onírica y melancólica que envuelve la historia. La banda sonora, compuesta por Pablo Bosque, complementa a la perfección la imagen, generando momentos de gran tensión y emotividad. El cineasta sabe construir escenas de gran impacto visual, como las persecuciones que, aunque no sean particularmente innovadoras en sí mismas, se benefician enormemente de la estética y del ritmo de la película.

La película se centra en Sancaka (interpretado con una sutileza y una dignidad por parte de Miguel Ángel Revull), un ingeniero que, tras un accidente aparentemente ordinario, adquiere poderes que le permiten proteger a la humanidad de una amenaza misteriosa. Revull, en su interpretación, logra transmitir la lucha interna del protagonista, su soledad y su creciente responsabilidad. Sin embargo, el guion, adaptado de la novela gráfica homónima, a veces se siente algo apresurado. Las motivaciones de los antagonistas, en particular, carecen de la profundidad que podrían haber enriquecido la trama, y algunas subtramas se sienten un poco desaprovechadas. La historia, aunque evocadora de los temas clásicos del género, no siempre explora las implicaciones morales de los poderes de Sancaka con la profundidad que se podría haber esperado.

El reparto es sólido en su conjunto. Además de Revull, destacamos la actuación de Nerea Aberasturi como la científica Helena, una figura clave en la investigación del origen de los poderes de Sancaka. Su presencia aporta un elemento de inteligencia y rigor científico a la historia. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de un mayor desarrollo de los personajes secundarios. La relación entre Sancaka y Helena, aunque romántica, se siente un poco superficial. Por otro lado, el diseño de los villanos, aunque bien ejecutado visualmente, carece de la complejidad psicológica necesaria para que el espectador se identifique con sus motivaciones.

A pesar de sus fallos, “Gundala” es una película que se aprecia por su originalidad y su estética cuidada. Es un ejemplo de que el cine puede reinventar el género de superhéroes, pero a la vez, mantener la esencia de sus elementos más consolidados. La película, aunque no es un clásico instantáneo, logra generar una experiencia cinematográfica particular, que invita a la reflexión sobre el poder, la responsabilidad y la naturaleza humana. Es una apuesta segura para los amantes del cómic y para aquellos que buscan una alternativa a los superhéroes convencionales.

Nota: 7/10