Gunmen (1993)

“Gunmen” es una película de acción que, en su esencia, se presenta como un ejercicio de tensión procedural con toques de thriller y aventura. No se trata de un drama profundo ni de una reflexión existencial, sino de un sprint hacia el peligro, un relato sobre la necesidad de colaborar, aunque sea entre enemigos, para evitar una catástrofe. La premisa, la búsqueda de un botín de 300 millones de dólares, funciona como el catalizador para una dinámica compleja entre dos personajes polarizados, Cole Parker, el policía encubierto, y Dani Servino, un traficante de armas con sus propios códigos morales. La película consigue crear una sensación palpable de urgencia, una constante amenaza que te mantiene al borde del asiento, aunque a veces con un ritmo un poco irregular.

La dirección de Michael Fiorello es funcional, no particularmente innovadora. Se centra en la acción y la puesta en escena, utilizando planos cortos y movimientos de cámara ágiles para intensificar el impacto de los tiroteos y las persecuciones. Sin embargo, carece de la sofisticación visual que podría haber elevado la película a un nivel superior. A pesar de esto, la filmación es decente, con un uso competente de la luz y la sombra, creando ambientes que, en su mayoría, reflejan la dureza del mundo en el que se mueven los protagonistas. Se aprecia un trabajo relativamente pulido en las secuencias de acción, aunque a veces la dirección táctica peca de simplista, priorizando el espectáculo sobre la sutileza.

Las actuaciones son el punto fuerte indiscutible de "Gunmen". El actor que interpreta a Cole Parker, Joseph Romano, ofrece una interpretación convincente de un policía atormentado por su pasado y obligado a tomar decisiones difíciles. Su vulnerabilidad, aunque apenas filtrada, es lo que le da credibilidad a su personaje y a sus acciones. El papel de Dani Servino, interpretado por David O'Brien, es igualmente sólido, transmitiendo la ambigüedad moral y la pragmática implacable de un hombre que ha aprendido a sobrevivir en un mundo implacable. La química entre los dos actores es palpable, impulsando la dinámica de la película y generando momentos de tensión muy efectivos. Aunque los antagonistas, en general, son planos, el villano, interpretado por Robert De Niro Jr., ofrece una presencia amenazante y un carisma que le permiten marcar la diferencia en la trama.

El guion, aunque generalmente sólido, presenta algunas debilidades. Si bien la trama es previsible, la escritura es concisa y directa, evitando excesos de diálogo o complejidades innecesarias. Sin embargo, algunos diálogos son algo forzados y otros personajes secundarios carecen de profundidad, lo que resulta en una falta de desarrollo que, en algunos casos, resta interés a la narrativa. Se nota, a veces, la necesidad de apurar el ritmo, sacrificando el desarrollo de algunos trasfondos que podrían haber enriquecido la historia. A pesar de estas fallas, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su enfoque en la acción y su atmósfera de peligro constante.

Nota: 6.5/10