Hair Show (2004)

“Beauty Shop”, la nueva comedia de Shari Hay, nos presenta una dinámica familiar improbable pero entrañable, y lo hace con una frescura y un humor que recuerdan a las mejores comedias familiares de los años 90. La película, ambientada en el competitivo mundo de los salones de belleza de Los Ángeles, no solo se trata de pelo y peinados, sino de una reflexión sobre las relaciones entre hermanas, la presión social y la búsqueda de la propia identidad. La trama, que comienza con la tensa reaproximación de Peaches (Zoe Kravitz) y Angela (Regina Hall), la stylist de Baltimore, y la businesswoman de Beverly Hills, se complica rápidamente cuando Peaches revela un secreto ineludible: está huyendo de los servicios de la Administración Tributaria. Este detonante, lejos de ser un simple recurso narrativo, sirve como plataforma para explorar la complejidad de la familia y la necesidad de apoyo mutuo.

La dirección de Hay es sólida y deliberada, logrando mantener un ritmo ágil y divertido, incluso en los momentos más cargados emocionalmente. Se aprovecha al máximo el ambiente bullicioso y lleno de color de los salones de belleza, convirtiendo cada escena en un pequeño espectáculo visual. El contraste entre la estética opulenta de Beverly Hills y el ambiente más desenfadado y auténtico de Baltimore contribuye a enriquecer la narrativa y a subrayar las diferencias culturales y generacionales entre las hermanas. Las escenas de competición, con sus elaborados peinados y las interminables discusiones sobre técnicas de styling, son divertidas y bien coreografiadas, aunque a veces pueden sentirse un poco extensas.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de Kravitz y Hall. Ambas actrices ofrecen interpretaciones brillantes, logrando transmitir con convicción la tensión y la complicidad entre las hermanas. Kravitz brilla con su interpretación de Peaches, una mujer fuerte y aparentemente despreocupada que esconde una vulnerabilidad subyacente. Hall, por su parte, da vida a Angela, una empresaria exitosa que lucha por mantener el control de su vida personal y profesional. La química entre las dos actrices es palpable, y su relación evoluciona a lo largo de la película, pasando de la desconfianza a la amistad y, finalmente, al amor fraternal. Las secundarias, como Condola Rashad como la amiga de Peaches, Lisa Ann Walter como la dueña del salón y Tiffany Haddish como la rival de Angela, también aportan matices interesantes al reparto.

El guion, en general, es ingenioso y lleno de diálogos ágiles y repletos de humor. Sin embargo, a pesar de su ritmo rápido y sus momentos cómicos, la película podría haberse beneficiado de un desarrollo más profundo de algunos personajes secundarios y de una exploración más exhaustiva de las motivaciones de Angela, que a veces parecen un poco simplificadas. El tema central, la importancia de la familia y el apoyo mutuo, está bien planteado, pero no se profundiza lo suficiente. A pesar de esta ligera carencia, “Beauty Shop” es una comedia entretenida y bien elaborada que celebra la amistad, la perseverancia y la belleza interior.

Nota: 7.5/10