Han Solo: Una historia de Star Wars (2018)

“Han Solo: Una historia de Star Wars” es, en su esencia, una película meticulosamente construida para llenar un vacío que los fans de Star Wars llevaban décadas anhelando. No se trata de una película que redefine la saga, sino de una pieza fundamental para comprender el origen del personaje que se convirtió en un ícono. La película se centra en un joven Han Solo (Alden Ehrenreich), un comerciante astuto y descarado en la galaxia de la Antigua República, una época de inestabilidad política y creciente corrupción. A través de flashbacks y la narrativa principal, exploramos su juventud, sus relaciones complicadas con Qiwi Rish (Wen Tang), una rebelde idealista, y su ambición por ascender en el submundo criminal. El guion, bajo la dirección de Phil Lord, Chris Miller y Jon Favreau, se adhiere a un ritmo pausado, deliberado, que busca profundizar en la personalidad de Han, priorizando la construcción de su carácter sobre la acción explosiva que podríamos haber esperado.

La dirección de Lord, Miller y Favreau es, en general, sólida. Hanhelan su filmación, con un toque nostálgico que evoca la estética de las primeras películas de Star Wars, es un acierto. Sin embargo, la película se siente, a veces, ligeramente desconectada. El uso de la tecnología de memoria de Han (interpretada magistralmente por Emilia Clarke) para revivir momentos clave de su pasado es interesante, pero en ocasiones la factura técnica se impone, interrumpiendo la inmersión. El guion, en su tratamiento de la memoria, a veces tropieza con la necesidad de explicar y justificar cada flashback, desnaturalizando ligeramente la experiencia. La película evita los clichés del género de ciencia ficción espacial, enfocándose en la política, la corrupción y las relaciones personales, lo que la hace más atractiva a un público que busca una historia menos centrada en duelos láser. Las escenas en la cantina de Mos Eisley, en la que se encuentra con Chewbacca y Lando Calrissian, son un momento crucial y, en general, se presentan con un gran cuidado, creando un ambiente vibrante y memorable.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Alden Ehrenreich logra darle a Han Solo una autenticidad y un carisma que contrastan gratamente con la imagen adulta que conocemos. No se trata de una réplica perfecta, sino de una interpretación que captura la esencia de un joven impulsivo, ambicioso y, en ocasiones, irascible. La química entre Ehrenreich y Wen Tang es palpable, representando la tensión y el desafío que define su relación. Las secundarias, incluyendo a Joonas Suotamo como Chewbacca y Andy Serkis como Darth Vader, también ofrecen interpretaciones sólidas, aunque algunos de los cameos de personajes icónicos del universo Star Wars son, en ocasiones, más para satisfacer a los fans que para contribuir significativamente a la trama.

En definitiva, "Han Solo: Una historia de Star Wars" es una película modesta pero respetable, que ofrece una visión valiosa del nacimiento de uno de los personajes más queridos de la historia del cine. No es una obra maestra, pero sí un complemento esencial para entender mejor el universo Star Wars y, sobre todo, el origen del espíritu rebelde y las complejas motivaciones de Han Solo. Es una película que honra el legado de la saga, pero también construye su propio camino.

Nota: 7/10