Hannibal Lecter, el asesino más inquietante, ambiguo, inteligente y mordaz que ha dado la historia del cine, vuelve encarnado de nuevo por el versátil Anthony Hopkins, que consiguió uno de los cuatro Oscar de "El silencio de los corderos" por su interpretación en aquella primera entrega de la saga dedicada al psicópata doctor Lecter. Su personaje instauró en el imaginario popular la figura del asesino refinado, culto, educado y cruel que ha inspirado filmes posteriores.
Hannibal (2001)
(EN) · Crimen, Drama, Suspense · 2h 11m
Su genio innegable. Su mal, indecible
Sinopsis de Hannibal
Han pasado diez años desde que el doctor Hannibal, después de su entrevista con la agente del FBI Clarice Starling, escapara del hospital de máxima seguridad en el que estaba recluido. Lecter vive ahora en Italia, pero Starling no ha podido olvidar sus encuentros con él: su fría voz sigue resonando en sus sueños. Mason Verger también recuerda a Lecter: fue su sexta víctima y, pese a quedar horriblemente desfigurado, logró sobrevivir. Tras heredar una fortuna, Verger decide emplearla para satisfacer sus deseos de venganza. Pero pronto se da cuenta de que, para sacar a Lecter de su escondrijo, debe ponerle delante un cebo irresistible: Clarice Starling.
Ficha técnica
Hannibal
EN
Martha De Laurentiis, Dino De Laurentiis, Ridley Scott
Reparto principal de Hannibal
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Hannibal.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Hannibal
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Críticas de la película
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“Hannibal” no es simplemente otra película de terror, ni siquiera una de los thrillers psicológicos más populares. Es, en su esencia, una meditación sobre la obsesión, la venganza y la capacidad del ser humano para destrozar su propia moralidad. La película, adaptada del famoso relato de Thomas Harris, se erige como un estudio de personajes magistral, impulsado por una dirección inquietante y actuaciones que definen a sus protagonistas. Joe Pantoliano, en su papel como el enigmático Dr. Chasse, aporta una atmósfera de constante tensión, casi palpable, que impregna cada escena. La película se deleita en los pequeños detalles, en las miradas furtivas, en las pausas deliberadas que revelan el cruce de intenciones entre los personajes.
La película se centra en la obsesión de Mason Verger por vengarse de Hannibal Lecter, pero la verdadera fuerza reside en la dinámica entre ambos personajes. Anthony Hopkins, en su interpretación, se mantiene fiel al Hannibal frío, calculador y, paradójicamente, fascinante que conocimos en las películas originales. No se trata de un villano caricaturesco, sino de una presencia que altera el espacio y el tiempo que lo rodean. El actor logra una actuación silenciosa pero tremendamente efectiva, comunicando más con sus ojos que con palabras. Gaspard Ulliel, en el papel de Verger, realiza un trabajo igualmente convincente, mostrando el dolor, la rabia y la desesperación de un hombre transformado por la tragedia y la búsqueda de venganza. La química entre Hopkins y Ulliel es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, generando un diálogo visual y emocionalmente rico.
En cuanto al guion, se adhiere fielmente a la novela, pero lo hace con una sutileza que permite un desarrollo narrativo a su propio ritmo. La película no se apresura en mostrar la violencia, sino que construye el suspense a través de la manipulación psicológica, el juego de miradas y la insinuación. La ambientación italiana, con su belleza decadente y sus callejones laberínticos, sirve como escenario perfecto para la oscuridad que se cierne sobre la historia. La dirección de arte y la fotografía contribuyen a crear una atmósfera opresiva y claustrofóbica, que refleja el estado mental de los personajes. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de un mayor desarrollo de algunos personajes secundarios, aunque su función es, en gran medida, servidora del conflicto central.
“Hannibal” es, en definitiva, una película perturbadora y sofisticada que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. No es un festín de sangre y gore, sino una exploración profunda de la naturaleza humana, del deseo de venganza y de los límites de la moral. Es una película que exige atención, paciencia y la voluntad de confrontarse con la oscuridad que reside en nosotros mismos. La película no busca entretener; busca provocar, cuestionar y dejar una huella imborrable.
Nota: 8/10
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