Harry Potter y la Orden del Fénix (2007)

‘Harry Potter y la Orden del Fénix’ es, sin duda, un punto de inflexión en la saga. Después del tono más ligero y centrado en la aventura de los dos primeros capítulos, esta entrega marca un cambio radical, introduciendo un ambiente de paranoia, conspiración y una complejidad moral que, aunque efectiva, a veces se siente desproporcionada. La película se aleja del reino de la fantasía pura y se adentra en un terreno más oscuro, explorando temas de poder, corrupción y la manipulación de la información por parte de figuras de autoridad, lo que la convierte en una experiencia cinematográfica más densa y reflexiva.

La dirección de David Yates es notable. Logra mantener un equilibrio entre las escenas de acción, que son espectaculares y llenas de dinamismo, y los momentos de introspección del personaje de Harry. Las secuencias de lucha son, sencillamente, impresionantes, con coreografías complejas y efectos visuales que aprovechan al máximo la inmersión en el mundo mágico. Sin embargo, a veces la constante intensificación del ritmo puede resultar un poco agotadora, y algunos momentos se sienten algo forzados para generar tensión.

El reparto ofrece actuaciones sólidas, pero es Emma Watson quien destaca con una interpretación particularmente convincente de Hermione Granger. Su personaje se enfrenta a un dilema moral muy fuerte, cuestionando la lealtad y la justicia, y su evolución a lo largo de la película es uno de los puntos más interesantes. Daniel Radcliffe, por su parte, mantiene su encanto como Harry, pero su personaje es sometido a un estrés emocional considerable, lo que afecta a su interpretación. Rupert Grint, como Ron Weasley, ofrece un apoyo constante y cómico, aunque a veces su papel se siente un poco secundario.

El guion, escrito por una colaboración de autores, es el elemento más debatible de la película. Aunque se profundiza en el trasfondo de la Orden del Fénix y se introducen elementos nuevos, la trama principal, centrada en la búsqueda del Horrocrux, se siente algo desordenada y lenta. Las subtramas, como la relación entre Harry y Ginny Weasley, o la creciente influencia de Dolores Umbridge, a veces carecen de la cohesión necesaria y distraen de la historia principal. La película se complica excesivamente, introduciendo demasiados personajes y conflictos que no siempre están debidamente desarrollados. La atmósfera de espionaje y paranoia, aunque efectiva, consume gran parte del material narrativo, dejando algunas líneas argumentales inconclusas.

A pesar de sus fallos, ‘Harry Potter y la Orden del Fénix’ sigue siendo una película esencial de la saga. Representa un paso adelante en la evolución del universo mágico y plantea preguntas importantes sobre la ética, el poder y la libertad. Su ambición, por momentos excesiva, es compensada por su espectacularidad visual y la profundidad de sus temas.

Nota: 7/10