“Harry Potter y la Piedra Filosofal” no es simplemente una película infantil; es una puerta de entrada a un universo mágico que, incluso hoy en día, sigue cautivando y maravilla a generaciones. Dirigida con una maestría sorprendente por Chris Columbus, la película no solo cumple con las expectativas creadas por la obra literaria de J.K. Rowling, sino que las eleva y las materializa de una manera visualmente rica y emocionalmente resonante. Columbus logra, en su primera entrega, crear una atmósfera de asombro y suspense que se siente muy genuina y perdurable.
El corazón de la película reside en la transformación de Harry Potter, interpretado por Daniel Radcliffe con una vulnerabilidad y una inocencia convincentes. Radcliffe transmite la sensación de un niño marginado, un chico común y corriente que descubre que su vida entera ha estado basada en una mentira. La película explora con inteligencia los temas de la amistad, el amor familiar y la lucha contra la opresión, elementos esenciales de la saga. La relación entre Harry y sus amigos, Ron Weasley (Rupert Grint) y Hermione Granger (Emma Watson), se construye de una manera natural y auténtica, con diálogos que fluyen sin esfuerzo y momentos de genuina complicidad. Watson, en particular, ofrece una interpretación memorable, capturando la inteligencia y la determinación de Hermione de una forma que es tanto admirable como adorable.
La dirección de Columbus se destaca por su cuidadosa atención al detalle. Los escenarios son visualmente impresionantes, desde el muggle mundo gris y prosaico de los Dursley, hasta el icónico y misterioso castillo de Hogwarts. El diseño de producción es impecable, creando un mundo mágico que es a la vez familiar y extraño. La fotografía, con una paleta de colores que oscila entre el blanco y el gris en el mundo de los Dursley y el vibrante y cálido color de Hogwarts, refuerza la sensación de contraste y el viaje de Harry. La banda sonora de John Williams, aunque quizás un poco tradicional para los estándares actuales, evoca de forma efectiva el espíritu de aventura y la magia.
El guion, adaptado por Lawrence Bonham y Michael Phelps, logra capturar la esencia de los libros, aunque inevitablemente algunas escenas se simplifican para adaptarse al formato cinematográfico. La trama, centrada en la búsqueda de la Piedra Filosofal, mantiene un ritmo constante y ofrece momentos de suspense y emoción. Sin embargo, es en la construcción de los personajes secundarios, como el profesor Dumbledore (Richard Harris) y los Malvados (interpretados con malicia por Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter y Tom Felton), donde reside la verdadera magia del guion. Estos personajes no son simplemente antagonistas; son complejos y tienen motivaciones comprensibles, lo que les otorga una profundidad inesperada.
En definitiva, "Harry Potter y la Piedra Filosofal" es una película que no solo es un éxito de taquilla, sino también un hito en el cine de fantasía. Es una película que cumple con el extraordinario potencial de la historia original y que, a su vez, establece las bases para una saga que transformaría la industria del entretenimiento. Es un clásico por derecho propio, y una puerta de entrada maravillosa para el mundo mágico de Harry Potter.
Nota: 9/10