Hasta que la ley nos separe (2004)

“Hasta que la ley nos separe” (Till We Have Sex) es una comedia romántica que se adentra en el mundo implacable de los abogados de divorcio, ofreciendo una perspectiva fresca y, a veces, mordaz sobre el divorcio como proceso legal y personal. La película, dirigida por Lesly Chow, no pretende ser una obra maestra cinematográfica, pero sí logra entretener y, sobre todo, provocar algunas reflexiones interesantes sobre las complejidades del amor y el odio en el contexto de una ruptura matrimonial.

La química entre Pierce Brosnan y Julianne Moore es, sin duda, uno de los pilares de la película. Ambos actores han sabido interpretar a personajes que, aunque inicialemente polarizados y con personalidades opuestas, muestran una evolución natural y creíble a medida que se ven obligados a colaborar. Brosnan aporta su habitual elegancia y sofisticación, interpretando a Daniel Rafferty, un abogado pragmático y un tanto cínico, mientras que Moore logra transmitir la vulnerabilidad y la fortaleza de Audrey Woods, una abogada apasionada que lucha por la igualdad y la justicia. La dinámica entre ellos es el corazón de la película y se construye con sutileza, evitando caer en clichés y ofreciendo momentos genuinos de humor y tensión.

El guion, aunque no especialmente original, es capaz de abordar temas relevantes de una forma relativamente inteligente. La película no se limita a mostrar los casos de divorcio como mera representación de conflictos legales; explora las razones subyacentes que llevan a las parejas a separarse, la pérdida de la inocencia, la búsqueda de la propia identidad y la dificultad de superar el dolor. Se tocan temas como el abuso emocional, la manipulación y la importancia del perdón. Sin embargo, a veces el ritmo se ralentiza un poco y se pierde en detalles que no aportan mucho a la trama principal. Algunos diálogos resultan un tanto expositivos y la trama principal podría haberse desarrollado con mayor ambigüedad.

En cuanto a la dirección, Chow consigue crear una atmósfera de Nueva York vibrante y moderna, capturando la energía de la ciudad sin sobrecargar la narrativa. La película está bien producida y los efectos visuales son de alta calidad. El diseño de producción y la banda sonora complementan muy bien la historia, contribuyendo a crear una experiencia cinematográfica atractiva. No obstante, se podría haber profundizado en la exploración de las motivaciones internas de los personajes. La película se concentra más en los elementos legales y la relación entre los dos abogados que en los motivos del divorcio de los clientes.

En definitiva, "Hasta que la ley nos separe" es una comedia romántica agradable y entretenida que ofrece una perspectiva interesante sobre el divorcio y las relaciones humanas. Aunque no es una película que marque un antes y un después, sí cumple su cometido de ofrecer un entretenimiento ligero y una reflexión sobre las complejidades del amor y el odio. Si buscas una película ligera para pasar el rato, esta podría ser una buena opción.

Nota: 7/10