“Hawaii” (1978) es una comedia romántica de los 70s que, a pesar de su aparente simplicidad, logra ofrecer momentos de entretenimiento y, sorprendentemente, cierta resonancia humana. La película, dirigida por Fred Wilcox, se centra en la inesperada llegada de la fe a una isla tropical y en las complicaciones amorosas que derivan de esa fe. La trama, aunque predecible, se sustenta en un ambiente paradisiaco y un reparto carismático que, en general, cumple con las expectativas de un desenlace campestre.
La dirección de Wilcox, sin duda, es uno de los puntos fuertes de la película. La fotografía es exuberante y evoca la belleza de Hawái, utilizando una paleta de colores vibrantes que refuerzan la atmósfera paradisíaca. Se presta una atención considerable a los detalles visuales, creando escenarios idílicos y escenas de acción, como las persecuciones en barco y las acrobacias en el mar, que se ven bien realizadas y, a pesar de su fecha de producción, no se sienten anticuadas. La banda sonora, aunque no memorable, contribuye al ambiente de desenfado y optimismo que impregna la película. Sin embargo, la dirección carece de profundidad; se limita a presentar un escenario idílico y un conflicto romántico con un ritmo que, en algunos momentos, se hace pausado hasta resultar un tanto tedioso.
El reparto es, en su mayoría, convincente. Carroll O’Connor, en el papel del pastor Thorn, ofrece una interpretación sólida, entregando un personaje con un aire de autoridad moral, aunque con un toque de vulnerabilidad. Keoki, interpretado por el joven Kurt Russell, aporta la energía juvenil y la inocencia necesaria para el personaje. Sin embargo, la actuación que más destaca es la de Ron Howard, quien interpreta a Abner Hale, el misionero solitario. Howard transmite con sinceridad la soledad y el anhelo de un hombre que busca la realización en su fe. La química entre Howard y Natalie Wood, quien interpreta a la enamorada Amelia, es palpable y contribuye a la tensión dramática de la película. La relación entre Amelia y el marinero, interpretado por Peter Marshall, es el eje central de la trama romántica, aunque su desarrollo carece de la profundidad necesaria para generar una gran emoción.
El guion, en su mayor parte, es correcto, presentando un conflicto moral y romántico sencillo pero efectivo. La idea de un misionero solitario que debe casarse para poder ejercer su fe es un pretexto interesante para explorar temas como la fe, el amor y la felicidad. Sin embargo, el guion se siente algo superficial, con diálogos a veces forzados y una resolución final que, aunque satisfactoria, no deja una impresión duradera. La trama se centra demasiado en el "show, don't tell" lo que impide que las emociones y conflictos se desarrollen plenamente. Si bien la película busca entretener, le falta la sutileza y la complejidad que elevarían la historia.
En definitiva, "Hawaii" es una película ligera y entretenida, ideal para una noche de relax. Aunque carece de la profundidad dramática que se podría haber buscado, ofrece un buen ambiente tropical, un reparto carismático y momentos de humor. No es una obra maestra, pero cumple su cometido como comedia romántica escapista.
Nota: 6/10