Hay algo en el granero (2023)

“Hay algo en el granero” es, sin duda, una de las películas más sorprendentes que he visto este año. Lejos de ser una simple comedia de terror navideño, la película logra un equilibrio magistral entre la irreverencia y el horror, el humor absurdo y la evocación de mitos nórdicos. La dirección de David Duguid es limpia y eficiente, priorizando la atmósfera y el ritmo, sin caer en la sobreproducción ni en la necesidad de excesos visuales. Se centra en la creación de una sensación palpable de inquietud, especialmente en las primeras horas, gracias a una fotografía que utiliza la oscuridad y los paisajes nevados para maximizar el impacto del misterio.

La película se beneficia enormemente de las actuaciones de su reparto. Martin Starr, conocido por su papel de Roger Harrington en el Universo Marvel, ofrece una interpretación sorprendentemente convincente como el padre estadounidense, un hombre desesperado por reconectar con sus raíces, pero que rápidamente se ve envuelto en una situación aterradora. Su actuación es sutil pero efectiva, transmitiendo la frustración y el miedo de un hombre que intenta mantener la compostura ante lo inexplicable. Amrita AchariaIrri, por su parte, aporta una vitalidad y una energía contagiosa a su papel como Irri, la joven noruega que se convierte en la única esperanza de la familia para enfrentarse a la criatura del granero. La química entre ambos actores es excelente y permite que la dinámica familiar, inicialmente forzada por la situación, se desarrolle con un realismo que añade profundidad a la trama.

El guion, a cargo de los mismos directores, es donde la película realmente brilla. La historia no se toma a sí misma demasiado en serio, abrazando el humor negro y la violencia con una audacia que podría ser considerada descabellada en otra película. Sin embargo, la premisa – un elfo vengativo que no tolera intrusos – es puesta en contexto con una serie de referencias a la mitología nórdica, añadiendo una capa de significado que eleva la película más allá de la simple comedia de terror. La película sabe jugar con los clichés de los cuentos de hadas, subvirtiéndolos y mostrando la cruda realidad que puede esconderse detrás de la apariencia de lo mágico. La resolución, aunque explosiva, es lógica en el contexto de la narrativa y, sorprendentemente, satisfactoria.

En definitiva, "Hay algo en el granero" es una experiencia cinematográfica singular. Es una comedia de terror con un toque de mitología que desafía las expectativas del espectador y ofrece una sorpresa constante. No es perfecta, pero su originalidad, sus actuaciones y su ingenio la convierten en una película que merece la pena ver, especialmente en época navideña. Se trata de una película que te hará reír y, quizás, un poco, pensar.

Nota: 8/10