Hay que salvar a Papá Noel (1988)

(EN) · Comedia, Familia · 1h 31m

Póster de Hay que salvar a Papá Noel
Media
5.3 /10

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Sinopsis

Ernest P. Worrell (Jim Varney) trabaja como taxista. Toma un pasajero al aeropuerto, pero la velocidad y el pasajero se cae del taxi. Ernest tarde recoge Santa Claus, que le dice a Ernesto que está en su manera de informar a una celebridad local llamado Joe Carruthers (Oliver Clark) que ha sido elegido para ser el nuevo Santa Claus. Joe había acogido anteriormente programa de televisión para niños llamado "Casa del árbol del tío Joey" en el área de Orlando similar al Barrio de Mister Rogers 'con énfasis en la educación y la integridad con el eslogan "Ellos nunca envejecen. Siempre se quedan nuevo. Esas tres palabras, por favor y gracias. "Se fue cancelado tres semanas antes y Joe debe conformarse con un nuevo trabajo de leer cuentos a los niños.

Ficha de la película

Título original

Hay que salvar a Papá Noel


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Stacy Williams, Doug Claybourne


Reparto principal de Hay que salvar a Papá Noel

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Hay que salvar a Papá Noel.

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Hay que salvar a Papá Noel. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Álvaro Velasco
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (7.0/10)

“Hay que salvar a Papá Noel” es una joya absurdista y, en retrospectiva, una película que merece mucho más reconocimiento de lo que ha recibido. Dirigida por Brian Levant, esta comedia de 1993, protagonizada por el inconfundible Ernest P. Worrell interpretado por Jim Varney, no se toma nada en serio, y esa es precisamente su gran fortaleza. Varney, con su característico andar desgarbado y su particular forma de hablar, ofrece una actuación que desafía cualquier intento de análisis lógico. Es pura improvisación, pura energía desbordante, y un entretenimiento absoluto.

La premisa, aunque kitsch, sirve de trampolín para una serie de situaciones hilarantes e involuntariamente cómicas. Ernest P. Worrell, un hombre que parece vivir en un estado permanente de confusión y desastre, se ve envuelto en una misión para salvar a Papá Noel, quien ha sido contratado por un programa de televisión infantil. La búsqueda se complica rápidamente, involucrando a una serie de personajes excéntricos, incluyendo a Joe Carruthers, el ex presentador de “Casa del árbol del tío Joey”, interpretado con una sobriedad agradable por Oliver Clark. Este contraste entre la energía caótica de Varney y la calma contenida de Clark es un elemento fundamental de la comedia, creando un equilibrio perfecto.

La dirección de Levant es, en gran medida, pasiva. Se centra en el caos que genera la presencia de Varney, permitiéndole desplegar su estilo único sin interferencias. No se preocupa por la narrativa en sí misma, y esto, paradójicamente, funciona a su favor. La película se basa en la improvisación, en la creación de situaciones absurdas y en la reacción del público ante la entrega desenfrenada de Varney. La película se alimenta de la reacción del público, y esto se traduce en un flujo constante de gags visuales y verbales que resultan sorprendentemente efectivos.

El guion, a pesar de su simplicidad, posee un encanto particular. Las bromas no son rebuscadas ni complejas, pero su ejecución, gracias al talento de Varney y a la dirección de Levant, las convierte en momentos memorables. La película se basa en el humor físico, el humor verbal y, sobre todo, en el humor de situación. La idea de un hombre como Ernest P. Worrell, incapaz de seguir las reglas o de comprender el mundo que le rodea, intentando salvar a Papá Noel, es inherentemente divertida y genera una gran cantidad de situaciones cómicas.

Si bien “Hay que salvar a Papá Noel” no es una obra maestra cinematográfica, es una comedia ligera y divertida que ofrece una experiencia genuinamente entretenida. Es un ejemplo perfecto de una película que se permite ser ridícula, absurda y completamente desligada de las convenciones del género. Jim Varney, a través de su personaje de Ernest P. Worrell, se consolida como uno de los iconos más inolvidables de la comedia de los años 90, y la película, en definitiva, es un tributo a su singular talento. Es un escape, una dosis de alegría simple y efectiva, y una película que, a pesar de su peculiaridad, se queda contigo mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 7/10

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