Hazlo como hombre (2017)

“Hazlo como hombre” es una película que, a primera vista, podría parecer un drama ligero sobre la aceptación y la amistad. Sin embargo, tras una primera impresión, emerge una obra con una profundidad sorprendente y una crítica social sutil pero poderosa. La dirección de Javier Gil, con un estilo visual reservado que se concentra en las interacciones entre los personajes, contribuye a la atmósfera de tensión emocional que impregna la narrativa. No recurre a clichés ni a melodramas gratuitos, optando por un enfoque naturalista que permite que el espectador se involucre genuinamente en la situación. La película, en su esencia, no busca ser un manifiesto sobre la homosexualidad, sino explorar las consecuencias de la ignorancia y los prejuicios arraigados en la masculinidad tradicional.

Las actuaciones son sobresalientes. Pablo Molinero como Raúl encarna la masculinidad tóxica con una convincente intensidad. Su homofobia, lejos de ser un rasgo caricaturesco, es el resultado de una necesidad desesperada de mantener el control y la imagen de “hombre” que ha construido a lo largo de su vida. La evolución de su personaje, aunque pausada, es el corazón emocional de la película y Molinero la interpreta con una humanidad que evita la simplificación. Por otro lado, Sergio Pascual como Eduardo logra transmitir una ambivalencia palpable. Su lucha interna entre la lealtad a su amigo y sus propios miedos es, quizás, el aspecto más interesante del personaje. Sin embargo, es Miguel Ángel Rosso quien destaca con una sutil y conmovedora interpretación de Santiago. Su vulnerabilidad y su necesidad de aceptación son lo que anudan la tragedia del conflicto.

El guion, bajo la pluma de Juan Antonio Delgado, se presenta como una de las mayores fortalezas de la película. No se limita a presentar la confrontación, sino que profundiza en el trasfondo de los personajes, mostrando cómo sus prejuicios se han formado y cómo impactan en sus vidas. La película no ofrece soluciones fáciles ni juicios moralizantes; más bien, plantea preguntas difíciles sobre la identidad, la amistad y la responsabilidad. La construcción de la trama es inteligente, utilizando momentos de humor negro para aliviar la tensión, pero sin restar importancia al drama central. Asimismo, la película logra abordar la cuestión de la orientación sexual de una manera respetuosa, centrándose en las relaciones humanas y en el impacto emocional del conflicto. El desarrollo de la historia es lento pero efectivo, permitiendo que el espectador se conecte con los personajes y comprenda sus motivaciones.

En definitiva, “Hazlo como hombre” es una película que invita a la reflexión. No es un drama superficial sobre el coming-out; es un estudio sobre la amistad, la masculinidad y la dificultad de confrontar nuestros propios prejuicios. Es una película que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos. Es un trabajo honesto y valiente, que nos recuerda que la empatía y la comprensión son esenciales para construir una sociedad más justa y tolerante.

Nota: 7.5/10