Heaven Knows What (2015)

La nueva película de los hermanos Safdie, *Heaven Knows What*, no es una experiencia cinematográfica fácil. Es, en cambio, un asalto sensorial y emocional que, a pesar de su intensidad, acaba siendo enormemente cautivadora. Esta película no busca narrar una historia lineal; se aferra a la pulsión de la vida, a la cruda realidad de un joven luchando contra la adicción en las entrañas de Nueva York, y lo hace con una audacia visual y sonora que desafía al espectador a mantener el ritmo frenético de los protagonistas.

La dirección de los Safdie es, como siempre, impecable. No se trata de belleza formal; la estética de la película es el reflejo de la desesperación y la inestabilidad de la vida de Harley (Arielle Holmes). El uso del blanco y negro, combinado con la estética granulosa de la filmación, crea una atmósfera claustrofóbica y desorientadora, que nos sumerge por completo en la experiencia de la protagonista. La cámara, a menudo en movimiento, captura la agitación de cada momento, el sudor, la desesperación, el hambre... Todo se ve con una urgencia casi palpable. Los Safdie no nos dan respirar; nos empujan a compartir el caos.

Caleb Landry Jones ofrece una actuación absolutamente convincente como Ilya. Su personaje es un enigma, un vacío emocional que se relaciona con Harley a través de la adicción y la necesidad de compañía. La química entre ambos actores es compleja y palpable, no basada en el romance, sino en una comprensión silenciosa de la miseria compartida. La actuación de Holmes es igualmente poderosa; transmite la vulnerabilidad y la fragilidad de Harley con una naturalidad que roba el aliento. Ella no intenta interpretar el papel; simplemente *es* Harley, con todas sus contradicciones y debilidades.

El guion, escrito por los Safdie y Josh Sandler, es un ejercicio de improvisación y observación. Se basa en los diarios de Arielle Holmes, lo que le confiere una autenticidad brutal. La película está repleta de diálogos espontáneos, situaciones absurdas y momentos de gran tensión. Sin embargo, a pesar de su aparente caos, el guion está meticulosamente construido para revelar la verdad sobre la vida de Harley. La película no juzga a sus personajes; simplemente los presenta tal como son, con sus errores, sus virtudes y sus miserias. No hay soluciones fáciles ni finales felices; solo la cruda realidad de un camino sin retorno.

En definitiva, *Heaven Knows What* es una película difícil, pero recompensante. Es una experiencia visceral que te obliga a enfrentarte a la oscuridad de la adicción y la fragilidad de la condición humana. No es una película para todos, pero para aquellos que se atrevan a sumergirse en su mundo, ofrece una visión única e inolvidable de la vida en las calles de Nueva York. Es un logro cinematográfico que demuestra la maestría de los Safdie y su capacidad para contar historias a través de la observación y la improvisación.

Nota: 8/10