Hell & Back (2015)

“Hell & Back” es una incursión sorprendentemente inesperada en el género de comedia de acción, una película que se atreve a combinar la torpeza y la irreverencia de T.J. Miller y Nick Swardson con un giro infernal protagonizado por Mila Kunis. La premisa, aunque sencilla, es la llave para desbloquear una experiencia visualmente audaz y sorprendentemente entretenida, aunque no exenta de ciertas imperfecciones.

La dirección de Michael Fiore & Brian Taylor (conocidos por su trabajo en “Pitch Black” y “Bullet Head”) demuestra una clara intención de subvertir las expectativas del espectador. El uso de CGI, a pesar de ser un elemento crucial en la representación del infierno, se integra sorprendentemente bien, ofreciendo atmósferas grotescas y perturbadoras que, paradójicamente, se ven interrumpidas por momentos de humor absurdo. La banda sonora, un caos electrónico y funk que acompaña perfectamente el tono caótico de la película, es un elemento distintivo que se adhiere de manera efectiva al universo creado. Sin embargo, la dirección, a veces, se deja llevar por el exceso de frenesí, perdiendo a veces el control de la narrativa y sacrificando el ritmo por el puro deseo de mostrar más acción.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. T.J. Miller y Nick Swardson, como dos amigos incómodos pero entrañables, aportan la dosis justa de humor torpe y autocrítica que necesita la película para funcionar. Miller, en particular, brilla con su caracterización de un personaje hiperactivo y constantemente impulsado por la desesperación. Pero el verdadero motor de la película es Mila Kunis. Su interpretación de Lilith, la demonio mitad humana, es ambivalente y compleja. Logra transmitir tanto la dureza y la independencia que la han moldeado como su vulnerabilidad subyacente, creando un personaje que es a la vez amenazante y simpático. Su presencia en pantalla genera un equilibrio perfecto entre el terror y la comedia.

El guion, en general, es sólido, pero carece de la profundidad necesaria para explotar al máximo el potencial de su premisa. El humor, aunque presente, se basa a menudo en recurrir a la simple torpeza y al gag visual. Algunas de las situaciones se sienten forzadas y carentes de sustancia, y el desarrollo del trasfondo de Lilith, aunque breve, podría haber sido más explorado para dar mayor peso a su historia personal. No obstante, la película se beneficia de un ritmo ágil y de diálogos ingeniosos, que mantienen al espectador enganchado hasta el final. La ambición de la película reside en la mezcla de géneros, y en ese aspecto, cumple con creces, aunque sin alcanzar la perfección.

Nota: 7/10