Hellboy: The Crooked Man (2024)

“Hellboy: The Crooked Man” es una incursión audaz, aunque no siempre exitosa, en lo que podría ser el territorio más oscuro y perturbador de la franquicia. Dirigida por Andrew van der Brug, la película se aleja notablemente de la acción desenfrenada de las entregas anteriores, optando por una atmósfera lúgubre y un ritmo deliberadamente lento que, en última instancia, resulta tanto prometedor como frustrante. La película se centra en un Hellboy (David Tennant) y un nuevo agente, Jack (Ian Nelson), que son enviados a una comunidad aislada de Kentucky en 1951, plagada de una extraña enfermedad y presencias sobrenaturales. Desde el principio, se establece un tono inquietante, impregnado de la melancolía y la desesperación que caracterizan la época. La paleta de colores es fundamental para transmitir esta sensación: el blanco y negro de la fotografía recuerdan constantemente a las películas de terror clásicas, exacerbando la sensación de decadencia y abandono.

La dirección de van der Brug es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su manejo de la cámara es exquisito, utilizando planos largos y composiciones cuidadosas para construir un sentido de claustrofobia y desasosiego. La película no recurre a sustos fáciles, sino que se centra en crear tensión y miedo psicológico, a través de la sugestión y la construcción de personajes complejos. El uso del silencio es particularmente efectivo, dejando que las imágenes hablen por sí solas y aumentando la sensación de peligro inminente. Sin embargo, la lentitud del ritmo, aunque intencional, puede resultar tediosa para algunos espectadores que buscan un entretenimiento más dinámico.

Las actuaciones son sólidas en general. David Tennant, como Hellboy, ofrece una interpretación matizada y convincente de un demonio atormentado por su pasado y su papel como un instrumento de la guerra entre ángeles y demonios. Su Hellboy es un ser atormentado, atrapado entre el deber y la empatía. Ian Nelson, por su parte, ofrece una interpretación genuinamente entrañable como el novato Jack, un joven agente con un sentido del deber inquebrantable. El antagonista, el Hombre Torcido, interpretado por Doug Bradley, es un personaje profundamente perturbador, un ser corrompido por el dolor y la venganza, y Bradley, como siempre, aporta la voz inconfundible y la presencia imponente que caracteriza a los demonios de la franquicia. La química entre Tennant y Bradley es, en definitiva, el corazón de la película.

El guion, aunque presenta algunas lagunas y momentos de excesiva complejidad, merece crédito por su ambición y su intento de explorar temas profundos como la culpa, el perdón y la naturaleza de la redención. El desarrollo de la historia principal se siente algo apresurado en comparación con la construcción de las relaciones entre los personajes. Los flashbacks, que sirven para profundizar en el pasado de Hellboy, a veces interrumpen el flujo de la narrativa y se sienten un poco forzados. A pesar de estas fallas, la película logra construir una atmósfera de terror creíble y mantener al espectador enganchado hasta el final. El final, en particular, es impactante y deja una sensación de inquietud persistente. En resumen, “Hellboy: The Crooked Man” es una adición interesante a la saga, que, aunque no alcanza la grandeza de las entregas anteriores, ofrece una experiencia cinematográfica que vale la pena ver, especialmente para los fanáticos de la serie y los amantes del cine de terror atmosférico.

Nota: 7/10