Hello, Dolly! (1969)

“Hello, Dolly!” es una explosión de color, música y optimismo, una producción musical de la Broadway que, en su adaptación cinematográfica de 1967, captura de forma notable la exuberancia y el espíritu alegre de la obra original. La película, dirigida por Gene Kelly, no es una obra maestra cinematográfica en el sentido más estricto, pero sí un espectáculo cautivador que, incluso hoy, conserva un encanto particular.

La historia, aunque sencilla, funciona como un vehículo para mostrar la personalidad magnética de Dolly Levi, interpretada magistralmente por Barbra Streisand. Streisand no solo aporta una voz poderosa y una presencia escénica innegable, sino que también logra transmitir la complejidad emocional de la casamentera, una mujer que ha visto la vida pasar y que, a pesar de sus arrugas y sus experiencias, aún conserva un sentido del humor y un deseo de encontrar el amor. La química entre Streisand y Mervyn Lapointe, quien interpreta a Cornelius Hackl, es uno de los puntos fuertes de la película, dotando de credibilidad a la relación entre ambos. La interpretación de Lapointe es, en su mayoría, un poco frívola, pero su compromiso con el personaje y su sonrisa contagiosa ayudan a equilibrar la seriedad de Streisand.

Kelly, como director, demuestra una gran habilidad para evocar la energía de un espectáculo de Broadway. Las escenas musicales están ricamente coreografiadas y visualmente deslumbrantes, con una fotografía vibrante que utiliza el color de forma magistral para crear una atmósfera festiva. La banda sonora, compuesta por Frank Loesser, es un triunfo. Las canciones, incluso hoy, son instantáneamente reconocibles y cautivadoras, y la puesta en escena de las canciones es espectacular. La coreografía, en gran parte, se inspira en los espectáculos de la época, reflejando la elegancia y el dinamismo del baile en vivo. Sin embargo, a veces, el ritmo de las escenas musicales puede sentirse apresurado y carente de sutileza, priorizando el entretenimiento puro sobre la narración orgánica.

El guion, escrito por Michael Stewart y James Goldman, es relativamente directo y, en algunos momentos, un tanto inverosímil. No profundiza demasiado en las motivaciones de los personajes, concentrándose en la trama romántica y en el puro disfrute de la música y el baile. Si bien esto es comprensible dada la naturaleza de la obra original, el guion podría haber beneficiado de un desarrollo más introspectivo de los personajes secundarios, especialmente de Horace, el jefe de Cornelius, interpretado por Jack Palance. Palance, a pesar de su imponente presencia, ofrece una interpretación un tanto caricaturesca, enfocada en la burla y en el desprecio. El villano secundario, y otros personajes, no ofrecen una mayor exploración de los temas que podría haber enriquecido la trama.

A pesar de sus limitaciones, “Hello, Dolly!” es un clásico del género musical que, con la inigualable presencia de Barbra Streisand, sigue siendo una experiencia visual y auditiva gratificante. Es una celebración del optimismo, de la amistad y del poder de la música para unir a la gente. Un espectáculo que, más allá de su contexto cinematográfico, evoca la magia de la Broadway y la promesa de un final feliz.

Nota: 7/10