Hermano 2 (2000)

“Hermano 2” (1997) de Nikita Balabanov no es solo una secuela; es una película que, con la premisa de una rivalidad familiar y un viaje hacia el sueño americano, se convierte en una reflexión sobre la ambición, la lealtad y la inevitable corrupción que acecha incluso en las promesas de la prosperidad. Balabanov, con su habitual enfoque en la psicología de los personajes y una narrativa con toques de melodrama, logra crear una película que, a pesar de sus defectos técnicos, posee una fuerza emocional que resuena mucho más allá de su trama.

La película se centra en Danila Bagrov, interpretado por un Nikolay Karimov en una actuación particularmente convincente, un hombre atormentado por sus errores del pasado y consumido por la búsqueda de justicia para su hermano gemelo, Viktor. Karimov transmite con maestría la angustia de un hombre que lucha contra sus demonios internos y contra las fuerzas que buscan, implacablemente, arrebatarle la felicidad a su familia. La dirección de Balabanov es meticulosa en la creación de la atmósfera, capturando la crudeza y la desolación de la vida en los bajos fondos moscovíes, pero también la ostentación vacía de la élite estadounidense. El contraste visual entre la pobreza y la riqueza se convierte en un elemento constante, subrayando la desigualdad inherente al sistema.

La trama, aunque a veces predecible, mantiene un ritmo constante y se beneficia de una sólida actuación de Alexander Zharov como el hermano gemelo, Viktor. Su desesperación por recuperar su lugar en el mundo del hockey y su creciente desilusión con el sistema son palpables. Sin embargo, la película no rehúye de abordar las complejidades morales de sus personajes. La ambición, en este caso, no se presenta como un vicio absoluto, sino como un motor que puede llevar a decisiones difíciles y, a menudo, moralmente cuestionables.

Una de las mayores virtudes de “Hermano 2” radica en su retrato del mundo del hockey profesional. Balabanov se esfuerza por ofrecer una visión realista y sin sentimentalismos de la industria, mostrando la presión competitiva, la corrupción y la falta de transparencia. El personaje del dueño del equipo, interpretado por un eficaz Vladimir Saltykov, es un arquetipo de la figura del hombre de negocios despiadado, sin escrúpulos y dispuesto a todo para mantener su poder. No es un villano caricaturesco; es un hombre consumido por la ambición y la falta de conciencia moral. La película no se limita a describir la corrupción, sino que la expone como un mecanismo fundamental para la supervivencia en un entorno implacable.

No obstante, la película no es perfecta. El ritmo puede resultar algo lento en ciertos momentos y algunas de las situaciones parecen forzadas. Además, el melodrama se filtra en algunos diálogos, desviando la atención del espectador del tema central. A pesar de estos inconvenientes, “Hermano 2” es una película interesante y reflexiva, que plantea cuestiones importantes sobre la justicia, la ambición y la búsqueda de la felicidad. Es una obra que invita a la reflexión y que, a pesar de sus defectos, merece ser vista por los amantes del cine dramático con toques de thriller.

Nota: 7.5/10