Héroe a rayas (2005)

“Héroe a rayas” (Stripes) no es un reinvención del género western familiar, ni tampoco un intento desesperado de replicar el éxito de “Un lugar llamado esperanza”. Pero sí es una película sorprendentemente conmovedora y, a pesar de sus evidentes influencias, posee un encanto peculiar que la hace más memorable de lo que su premisa inicial podría sugerir. La dirección de Gavin MacLeod, aunque quizás no sea vanguardista, es competente y mantiene un ritmo agradable, evitando que la película se arrastre. MacLeod, conocido por su larga trayectoria en televisión, demuestra ser capaz de manejar el melodrama familiar con una sensibilidad que contrasta con la exuberancia visual del circo y el mundo de las carreras de caballos.

El corazón de la película reside en la relación entre Nolan Walsh (Kevin Kline, en una actuación que es tanto divertida como reveladora) y Rayas, el pequeño potrillo que él rescata. Kline se desnuda en este papel, representando a un hombre que ha perdido el brillo y la pasión por su oficio, encontrándose en un punto muerto existencial. La química entre Kline y el protagonista de la animación, un personaje que, debo añadir, es excepcionalmente bien diseñado y dotado de personalidad, es el verdadero motor de la narrativa. La película explora con sutileza la idea del redescubrimiento, del valor de la perseverancia y de encontrar un propósito en la vida, temas que, en el contexto de una película familiar, son cruciales. Sin embargo, las emociones se manejan con un tacto que evita caer en la melodramatización excesiva.

El guion, escrito por John Reinl y David Breems, presenta algunos clichés del género de animación familiar, pero lo compensa con un diálogo ingenioso y algunos momentos realmente divertidos. La coreografía de las carreras de caballos es, en general, sólida y visualmente atractiva, aunque la banda sonora, que a veces es un poco bombástica, resta un poco de sutileza a ciertas escenas. La película consigue equilibrar la comedia con el drama, mostrando las dificultades que enfrenta Nolan y la determinación de Rayas para demostrar su valía. Aunque el mundo de las carreras de caballos se presenta de forma algo idealizada, la película captura la pasión y el riesgo inherente a ese deporte.

La animación, aunque no alcanza los niveles de sofisticación visual de algunas producciones más recientes, es de alta calidad y convincente. Los personajes son expresivos y los fondos detallados. El trabajo de animación en las escenas de acción, en particular durante las carreras, es especialmente notable. Se aprecia el esfuerzo por darle vida a los personajes y a su entorno. En definitiva, "Héroe a rayas" es una película familiar agradable, entretenida y con un mensaje positivo sobre la perseverancia y el espíritu de lucha. No es una obra maestra, pero sí una película que merece la pena ver, especialmente para aquellos que buscan una opción familiar con un toque de humor y un corazón cálido.

Nota: 7/10