Hidden 3D (2011)

“Hidden 3D” es, en esencia, una película de terror de bajo presupuesto que se aferra desesperadamente a la novedad del 3D, pero que, en última instancia, resulta ser más una experiencia confusa que un susto realmente memorable. La película, dirigida por Osea y Mark Ward, se presenta como un thriller de suspense con toques de ciencia ficción, pero la ejecución es, lamentablemente, deslucida.

La premisa, aunque con potencial, carece de la profundidad que podría haberla elevado por encima de su presupuesto limitado. La idea de una máquina que cura adicciones con consecuencias horripilantes es intrigante, y el concepto de niños mutantes como manifestaciones de esas adicciones es visualmente inquietante. Sin embargo, el guion se queda demasiado a menudo en la superficie, recurriendo a clichés del género y a exposiciones torpes. Las motivaciones de los personajes, particularmente las de los “amigos” de Brian, son poco convincentes, y sus acciones a menudo parecen impulsadas por la necesidad de complacer al espectador más que por un desarrollo lógico de la trama. Las conversaciones son diálogos baratos y, en ocasiones, simplemente ridículos, exacerbando la sensación de precariedad general.

La dirección de Osea y Mark Ward es competente en términos de montaje y puesta en escena, creando una atmósfera claustrofóbica y opresiva dentro de las paredes del sanatorio. El uso del 3D, aunque presente en casi todas las escenas, a menudo resulta innecesario y, en ocasiones, incluso distrae del horror que se pretende generar. No se aprovecha el potencial del formato para crear momentos realmente impactantes, sino que se utiliza de manera repetitiva, lo que termina siendo cansino. Las escenas de acción son exageradas y de corta duración, y la banda sonora, aunque audible, no logra generar el impacto emocional deseado.

Las actuaciones son, en general, correctas, pero no destacables. Matt Dallas, como Brian Karter, ofrece una interpretación sólida, transmitiendo la desesperación y el miedo del protagonista. Sin embargo, el reparto de apoyo carece de química y profundidad, con personajes que se sienten más como elementos decorativos que como individuos con sus propias motivaciones. Es difícil encontrar un actor que resalte por encima del resto, lo que contribuye a la sensación general de mediocridad.

En definitiva, “Hidden 3D” es una película olvidable, un intento fallido de aprovechar la tecnología del 3D para ofrecer un terror efectivo. La premisa es interesante, pero la dirección, el guion y las actuaciones no logran dar vida a la historia, resultando en una experiencia decepcionante para el espectador. Se busca la novedad a expensas de la calidad, y el resultado es un espectáculo visualmente llamativo pero emocionalmente vacío.

Nota: 4/10