High Society (2018)

“High Society” es un drama urbano que, aunque no alcanza la grandilocuencia de sus predecesores en el género, ofrece una mirada íntima y, a menudo, melancólica a las complejidades de la ambición, el deseo y el amor en el competitivo mundo de la alta sociedad coreana. La película, dirigida por Jung Woop, no se centra en grandiosos eventos o revelaciones dramáticas, sino en la lenta erosión de las relaciones y el conflicto interno de sus personajes principales. La trama, aunque sencilla en su premisa, se desenvuelve con una elegancia considerable, permitiendo que el espectador se sumerja en la vida cotidiana y las pequeñas luchas de aquellos atrapados entre sus aspiraciones y sus pasiones.

El guion de Kim Ki-Hong se distingue por su realismo psicológico. No hay villanos absolutos ni situaciones exageradas. En cambio, nos presentas a personajes con defectos, frustraciones y, a veces, con motivaciones que entendemos, aunque no necesariamente las compartimos. La tensión dramática no se construye a través de la amenaza o el peligro inmediato, sino a través del silencioso entendimiento entre los personajes, de las miradas robadas y de las palabras no dichas. Sin embargo, debo reconocer que el ritmo es deliberadamente pausado, lo que puede resultar un poco lento para algunos espectadores, especialmente en la primera mitad de la película. Es una película que requiere paciencia y una disposición a observar las sutilezas de la interacción humana.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Tae Joon, interpretado por Lee Byung-hun, ofrece una interpretación convincente como un profesor universitario que, a pesar de su éxito académico, se siente insatisfecho con su vida. Su conflicto entre la ambición política y el deseo de una vida más significativa es palpable y genera empatía. Soo Yeon, interpretada por Han Hyo-joo, aporta una elegancia y un cierto cinismo a su personaje, una mujer inteligente y observadora que se encuentra atrapada en una relación que ya no le satisface. La química entre Lee Byung-hun y Han Hyo-joo es notable, transmitiendo una sensación de incomodidad y deseo que es fundamental para el desarrollo de la trama. La actuación de Kim Sang-kyung como Ji Ho, el pintor atormentado, añade una capa de melancolía y desesperación a la historia. Si bien la complejidad del personaje de Ji Ho no siempre es totalmente explotada, su presencia es imprescindible para la atmósfera general de la película.

Visualmente, “High Society” es una película hermosa y contemplativa. La fotografía de Hong Kyung-cyeol utiliza la luz y la sombra para crear una atmósfera sofisticada y, a veces, opresiva. Los escenarios, que incluyen galerías de arte y apartamentos lujosos, contribuyen a la sensación de privilegio y aislamiento de los personajes. La banda sonora, discreta pero efectiva, refuerza la atmósfera melancólica de la película. En última instancia, "High Society" es una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza del deseo, la búsqueda de la felicidad y el precio del éxito. No es un drama convencional lleno de giros inesperados, sino un estudio psicológico de las complejidades de las relaciones humanas, presentado con un estilo refinado y una sensibilidad notable.

Nota: 7/10