Hitch: Especialista en ligues (2005)

“Hitch: Especialista en ligues” (2005) no es la película romántica más profunda o, incluso, la más original del género, pero sí logra ser un disfrute considerable y, en cierto modo, refrescante en un panorama a menudo saturado de clichés. La película, dirigida con un toque de ironía por Joel Schumacher, no busca revolucionar el concepto de la conquista romántica, sino explorar sus mecanismos, sus contradicciones y, sobre todo, la desconcertante complejidad de las mujeres. La premisa, la de un “Doctor de las Citas” capaz de transformar a los hombres más insulsos en galanes deseados, es intrínsecamente divertida y Schumacher la sostiene con un ritmo ágil y diálogos inteligentes.

Will Smith, en el papel de Alex “Hitch” Hitchens, ofrece una interpretación convincente, equilibrando la arrogancia del personaje con una vulnerabilidad subyacente. Su actuación, junto con la de Eva Mendes como Sara Melas, es el corazón de la película. Mendes, en particular, brilla con una interpretación sutil y llena de matices, logrando que Sara no sea simplemente la “enemiga” del protagonista, sino una mujer con sus propias motivaciones, inseguridades y un profundo deseo de encontrar la verdad. La química entre Smith y Mendes es palpable, generando momentos de tensión, humor y, finalmente, una atracción genuina.

El guion, escrito por Gary Jarret y Michael B. Maston, se vale de una estructura narrativa clásica, pero lo que le da vida es la mirada crítica que ofrece sobre las expectativas que la sociedad impone a las mujeres y el papel que las mujeres juegan en este juego. Hitch se presenta como un manipulador, un “ingeniero” del amor, pero la película no se queda en la simple caricatura del manipulador. Más bien, explora la idea de que las mujeres, a pesar del intento de los hombres de analizar sus necesidades, son inherentemente impredecibles y que la “verdadera” atracción no puede ser programada o calculada. La constante confrontación entre la lógica fría de Hitch y la intuición de Sara aporta un interesante contraste.

Schumacher apuesta por una estética visual atractiva, con un vestuario cuidado y una ambientación en la vibrante Nueva York de principios de los 2000. La banda sonora, con temas pop pegadizos, complementa a la perfección el tono ligero y divertido de la película. Si bien la trama no presenta giros especialmente sorprendentes, la película se beneficia de un desarrollo natural y un enfoque en el personaje, lo que la hace atractiva para el espectador. Aunque podría haber profundizado más en las motivaciones de Sara, "Hitch" ofrece una visión ingeniosa y entretenida de las relaciones amorosas, donde la seguridad no siempre es un remedio y la autenticidad es siempre más valiosa que la perfección.

Nota: 7/10