Honeymoon (2014)

“Honeymoon” (LUNA DE Miel, en su título original) es una película que, a primera vista, podría parecer una mera propuesta de terror psicológico convencional. Sin embargo, tras el visionado, se revela como un ejercicio meticulosamente construido que, aunque no siempre brillante, consigue mantenerte intrigado y a la vez, incómodamente perturbado. La película se centra en Paul y Bea, una pareja recién casada que se escapa a un lago remoto para disfrutar de su luna de miel. La atmósfera inicialmente idílica se deteriora rápidamente cuando Bea comienza a mostrar un comportamiento errático y, eventualmente, a perder la noción de la realidad. La película no se dedica a explicatorios, sino que se basa en la sugestión, la incomodidad y la creciente paranoia de Paul, el observador y, en esencia, el espectador.

La dirección de Matthew Prock es precisa y efectiva. No recurre a sustos fáciles ni a jumpscares espectaculares. En lugar de ello, se enfoca en crear una sensación constante de inquietud a través del uso del sonido, la iluminación y la composición de las tomas. La fotografía, con una paleta de colores apagados y predominantes tonos azules y grises, refuerza la atmósfera opresiva y la desorientación de los personajes. La banda sonora, sutil pero omnipresente, contribuye enormemente a generar la tensión y la incomodidad. Prock gestiona a la perfección el ritmo, manteniendo la incertidumbre y la sospecha hasta el final, construyendo un cóctel de suspense que es mucho más inquietante que un ataque repentino.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Jonathan Rhys Meyers como Paul ofrece una interpretación magistral. Captura a la perfección la evolución de su personaje, desde la preocupación inicial hasta la desesperación y el miedo que experimenta a medida que su esposa se vuelve más y más inestable. Es un papel que exige una gran capacidad de sutileza y Meyers la cumple con una dignidad y una vulnerabilidad conmovedoras. Jo Hartley como Bea es igualmente convincente. Su interpretación es delicada y perturbadora, transmitiendo la angustia y la confusión de una mujer que parece estar atrapada en una pesadilla. No se trata de un personaje fácil de comprender, y Hartley consigue transmitir esa ambigüedad con una gran maestría.

El guion, escrito por Prock y Neil LaBute, es lo que finalmente define al éxito de la película. No intenta responder a todas las preguntas, sino que se centra en establecer un enigma que permanece sin resolver. Se basa en la sugerencia y en la ambigüedad, dejando al espectador con la sensación de que algo no encaja, de que la verdad es más compleja de lo que parece. La película juega con nuestras percepciones de la realidad, con la confianza en la memoria y con la fragilidad de las relaciones humanas. Es una película que invita a la reflexión y que obliga a el espectador a cuestionarse la propia interpretación de lo que está viendo. Aunque el final es algo abrupto y deja preguntas sin respuesta, la fuerza de la atmósfera y la credibilidad del thriller psicológico hacen que valga la pena. En definitiva, "Honeymoon" es un estudio de personajes inquietante y bien ejecutado que supera la expectativa de ser un simple cuento de terror.

Nota: 7/10