Hostiles (2017)

“Hostiles” no es solo una película de acción post-apocalíptica; es una meditación densa y perturbadora sobre el trauma, la venganza y la fragilidad de la condición humana. La película de Scott Cooper, estrenada en 2017, nos sumerge en la dura realidad de la frontera estadounidense a principios del siglo XX, con una sensibilidad que pocas películas de este género logran. El director logra pintar un retrato visceral y creíble de un periodo histórico olvidado, donde las tensiones raciales y el choque cultural se tradujeron en violencia brutal y un profundo sufrimiento.

La historia, centrada en el Capitán John Brady (Miles Teller), un coronel del ejército en pleno servicio, y el jefe de guerra Cheyenne wounded (Daniel Day-Lewis), nos cuenta la improbable alianza forjada entre dos hombres devastados por la pérdida. La decisión de Brady de acompañar a la familia de Cheyenne, liderada por el jefe de guerra, a través de un territorio hostil y plagado de peligro, no es una acción heroica, sino un intento desesperado de redención personal. La película no glorifica el conflicto, sino que lo explora desde la perspectiva de aquellos que lo sufren, mostrando la lucha por la supervivencia y el impacto emocional del pasado. La atmósfera es densa, casi claustrofóbica, gracias a la fotografía de Jasper Wolf, que captura con maestría la inmensidad del paisaje y la sensación de aislamiento que experimentan los personajes.

Daniel Day-Lewis, en un papel que probablemente le pertenece para siempre, ofrece una actuación magistral. Su interpretación de Cheyenne es cruda, honesta y profundamente conmovedora. La complejidad del personaje, atormentado por la pérdida de su familia, se transmite con una sutileza que es asombrosa. Miles Teller, por otro lado, entrega un retrato de Brady que oscila entre la determinación militar y la vulnerabilidad emocional. Su personaje evoluciona a lo largo de la película, y su transformación es sutil pero efectiva. El resto del elenco secundario, incluyendo a Lena Pederson como Daisy, la viuda embarazada, contribuyen a enriquecer la narrativa.

El guion, adaptado de la novela “Hostiles” de Jovita Yufree, destaca por su ritmo pausado y su atención al detalle. Cooper evita los clichés del género western, centrándose en los personajes, sus motivaciones y las consecuencias de sus actos. El diálogo es natural, aunque a veces taciturno, y la película se centra más en la observación y la tensión que en las explosiones y los tiroteos. La banda sonora, compuesta por Jöeg, complementa a la perfección la atmósfera de la película, creando una sensación de inquietud y presagio. El conflicto no se resuelve con un disparo final; la redención, si es que la hay, es un proceso lento y doloroso.

“Hostiles” es una película que se queda en la mente mucho tiempo después de haberla visto. No busca entretener, sino provocar reflexión. Es una obra potente y duradera, que merece ser vista y apreciada.

Nota:** 8.5/10