Hot Shots! 2 (1993)

‘Hot Shots! 2: Back in the Saddle’ se presenta como una extensión del caos y el humor absurdo que definió la primera entrega, pero, lamentablemente, no logra consolidarse como una secuela digna. Después de que el teniente Topper Harley (Zach Braff) se encuentra repentinamente atrapado en una misión de rescate en Irak, la película se sumerge en un torbellino de situaciones cómicas predecibles y diálogos torpes que, en lugar de resultar divertidas, se vuelven repetitivos y, en última instancia, agotadores.

La dirección de Glen Oliver es funcional, manteniendo el ritmo frenético que caracteriza la comedia de acción, pero carece de la audacia y la sutileza que podrían haber elevado la película. Se enfoca en la apariencia del caos y la acción, sin profundizar en los personajes ni en la creación de momentos verdaderamente memorables. La estética, influenciada por las producciones de acción de los 80, es deliberadamente exagerada, pero el exceso de efectos especiales y la puesta en escena ostentosa a veces distan más de la gracia y terminan restando credibilidad a la acción, la cual, en general, es bastante ridícula.

Zach Braff vuelve a interpretar a Topper Harley, y aunque mantiene la inexpresividad característica del personaje, su actuación se siente menos convincente que en la primera entrega. La química con Shannon Doherty como la agente Rachel Parker es inexistente, y sus interacciones resultan forzadas y carentes de tensión dramática. Shannon Doherty, por su parte, se limita a ser la actriz secundario, sin aportar profundidad ni carisma al personaje. La presencia de marcas reconocidas como Tom Petty y Kevin Costner le da un aire de homenaje a la comedia de acción de la época, pero el recurso no logra compensar la falta de desarrollo de los personajes.

El guion, escrito por los mismos autores que la primera película, es, lamentablemente, el punto más débil de la película. El humor es basado en chistes visuales, situaciones embarazosas y referencias a la cultura popular, que, aunque pueden resultar gratos a algunos espectadores, se repiten constantemente, perdiendo su impacto. Las subtramas, como la obsesión de Topper por un joven monje budista, se sienten poco integradas en la trama principal y carecen de propósito. La trama en sí misma es inverosímil y repleta de agujeros argumentales, lo cual afecta negativamente la experiencia del espectador.

En definitiva, ‘Hot Shots! 2’ es una comedia de acción que se basa demasiado en la nostalgia y en la repetición de fórmulas probadas, pero que carece de la originalidad y el ingenio que hicieron que la primera película fuera un éxito inesperado. Se trata de una película entretenida a modo de pasatiempo, pero que no cumple con las expectativas de aquellos que esperan una secuela que continúe la aventura de Topper Harley con el mismo grado de humor y espontaneidad.

Nota: 5/10