Hotel para perros (2009)

“Hotel para perros” (Asphalt Angels), de les films d’animation et d’animation stop-motion, est une œuvre qui, à première vue, pourrait sembrar la alarma. La premisa de dos hermanos adolescentes que se convierten en los cuidadores improvisados de una docena de perros callejeros en un hotel abandonado en medio de la árida nevadiana parece, a la vez, torpe y ligeramente absurda. Sin embargo, tras superar la superficie inicial, la película revela una historia conmovedora y sorprendentemente inteligente, una exploración de la inocencia, la amistad y la necesidad de construir un hogar, incluso cuando éste parece imposible.

La dirección de Lasse Hallström es magistral en su manejo de la estética. El uso del stop-motion es, en sí mismo, una hazaña visual que, aunque a veces resulta un poco brusca, logra un encanto particular. La paleta de colores desértica, con sus tonos cálidos y contrastes dramáticos, crea una atmósfera que refleja tanto la soledad como la esperanza que impregnan la película. Hallström, sin embargo, no se limita a la estética; emplea una narrativa visual que, con paciencia y cuidado, nos permite conectar con la vulnerabilidad de los personajes.

Las actuaciones son, en su mayoría, excepcionales. Emma Roberts y Jake T. Austin, como Andi y Bruce, aportan una autenticidad innegable a sus roles. Roberts, en particular, maneja con elegancia la dualidad de su personaje: la rebeldía adolescente, la necesidad de independencia y la creciente empatía por los animales. Austin, por su parte, ofrece un alivio cómico eficaz sin caer en la caricatura. El elenco secundario, que incluye a Peter Dinklage, aporta matices y profundidad a la historia. Dinklage, en su papel de Jerry, un hombre solitario y en busca de propósito, es especialmente memorable, representando un contrapunto a la alegría desenfrenada que anima la película.

El guion, adaptado del libro "The Million Dollar Hotel" de Chris Van Allsburg, destaca por su capacidad para equilibrar el humor y la emoción. La trama, aunque inicialmente sencilla, se complica con un suspense palpable, manteniendo al espectador enganchado. La evolución de los personajes es natural y convincente. El mensaje central de la película – la importancia de la comunidad, el refugio y la aceptación – resuena de forma potente, especialmente en el contexto de la soledad que sienten los protagonistas. Si bien la trama se basa en una premisa fantástica, el guion mantiene el equilibrio entre lo mágico y lo real, explorando las relaciones humanas con una sensibilidad admirable. Es una película que, a pesar de ser para niños, no deja indiferente a ningún espectador.

Nota: 8.5/10