Hotel Transilvania 2 (2015)

“Hotel Transilvania 2” se presenta, al menos en el papel, como una película diseñada para complacer tanto a los fans de la saga original como a un público más amplio, y en cierto modo, logra ese objetivo. Sin embargo, la película se beneficia mucho más de sus dosis de humor absurdo y personajes entrañables que de una trama verdaderamente original. La decisión de Vlad Drácula de abrir el Hotel Transilvania a humanos, impulsada por la aparente falta de interés de su nieto Dennis en el mundo vampírico, actúa como el catalizador central de la historia, forzándolo a una situación de crisis para demostrar su valía como monstruo.

La dirección de Jayman Sanchez es funcional pero carente de ambición. Evidentemente busca un equilibrio entre el caos desenfrenado del primer filme y un tono más familiar, lo que se traduce en escenas exageradas y torpes. No obstante, la película logra mantener un ritmo vertiginoso, repleto de gags visuales y situaciones cómicas que, en su mayoría, funcionan. La puesta en escena es colorida y vibrante, y la banda sonora, impulsada por el pop actual, acentúa el ambiente festivo y caricaturesco. Sin embargo, la dirección no logra construir una atmósfera realmente convincente; la sensación de peligro, incluso cuando se intenta, es fugaz.

Las actuaciones son un punto fuerte indiscutible. Adam Sandler, como siempre, ofrece un Vlad Drácula gruñón y adorablemente patético. Su entrega es la piedra angular de la comedia, y su evolución a lo largo de la trama, mostrando una vulnerabilidad inesperada hacia su nieto, es el núcleo emocional de la película. La interpretación de Brittany Snow como Mavis es más sutil que en el primer filme, y se le da más espacio para desarrollar su personaje como una joven moderna que se debate entre su amor por Vlad y su propia identidad. El reparto de secundarios, compuesto por Keegan-Michael Key, Tony Terracina y Vanessa Williams, suma matices con sus personajes peculiares y llenos de matices.

El guion, sin embargo, es donde la película se desmorona un poco. Si bien la premisa de la apertura del Hotel Transilvania es interesante, la trama se siente repetitiva y carente de profundidad. Se repiten los clichés del género de comedia familiar, y la resolución final, si bien satisfactoria para la audiencia, es predecible y carente de impacto. La exploración del vínculo entre Vlad y Dennis, prometedora en el primer filme, se diluye en esta secuela, relegada a un papel secundario. El uso de la comedia slapstick a veces se siente forzado y desvinculado de la narrativa, llegando a ser simplemente entretenida, pero no memorable. El humor, aunque abundante, es a menudo de una calidad mediocre, basado en bromas visuales sencillas y gags fáciles.

En definitiva, “Hotel Transilvania 2” es una película de entretenimiento ligero y sin pretensiones, ideal para ver con la familia en una noche de viernes. No es una obra maestra, ni siquiera una película destacable, pero logra mantener la fórmula que la hizo popular y ofrece una dosis de diversión gratuita. No obstante, la falta de innovación y la trama superficial la condenan a ser un recuerdo efímero.

Nota: 6/10