Hotel Transilvania: Transformanía (2022)

“Hotel Transilvania: Transformanía” es, sin duda, una película que se atreve a explorar nuevas vías dentro de la franquicia. Tras varios entregas que celebraron un mundo de monstruos aislado y lleno de alegría, esta entrega sacude la fórmula, introduciendo un elemento de relatabilidad y una tensión que, aunque a veces excesiva, logra mantener al espectador enganchado. La premisa, que ve a Drac y su pandilla transformados en humanos gracias a un invento de Van Helsing, es audaz y genera curiosidad inmediata. Sin embargo, la ejecución, como suele ocurrir, presenta luces y sombras.

La dirección de MichaelShea es competente, sabiendo mantener un tono divertido y familiar que caracteriza a la saga. Se aprecia un esfuerzo por darle dinamismo a las escenas de acción, que, aunque no son especialmente espectaculares, cumplen su función de acelerar el ritmo. Sin embargo, a veces la película se pierde en efectos especiales gratuitos que, en lugar de elevar la calidad visual, restan credibilidad a la premisa central. La animación, en general, es de gran calidad, con detalles visuales impresionantes y un diseño de monstruos que sigue siendo atractivo y original. No obstante, la dependencia excesiva de CGI, en algunos momentos, perjudica la inmersión.

Las actuaciones son un punto fuerte de la película. Andy Daly como Drac ofrece su característico humor sarcástico y su encanto innegable. El resto de la pandilla, incluyendo Wayne Knight como Vlad y David Cross como Mandel, cumplen con creces, aportando el caos y la hilaridad que esperas de un grupo de monstruos. Pero la verdadera sorpresa reside en la incorporación de Brian Fleischer como Johnny. La transformación de un joven estudiante normal en un monstruo inesperado le otorga una dinámica interesante a la trama y le permite explorar el miedo y la incertidumbre. La actuación de Fleischer es particularmente convincente, transmitiendo la angustia y la confusión de su personaje.

El guion, sin embargo, es donde la película más consistentemente flaquea. Si bien la premisa inicial es prometedora, la historia se vuelve, en ocasiones, predecible y recurrente a tropos del género de terror. La trama secundaria centrada en la amenaza de un científico loco y su secuaces se siente repetitiva y carente de profundidad. El ritmo narrativo es irregular, con momentos de gran tensión seguidos de escenas cómicas diluidas que pierden fuerza. Se intuye una intención de explorar temas como la aceptación y el miedo a lo diferente, pero la ejecución es superficial y no llega a ser realmente impactante. La resolución, aunque satisfactoria, no resuelve por completo las dudas planteadas a lo largo de la película.

A pesar de sus fallas, “Hotel Transilvania: Transformanía” ofrece entretenimiento para toda la familia. Es una película ligera y divertida que, si bien no llega a ser una obra maestra, cumple su cometido de ofrecer una dosis de humor y aventura en pantalla. La película sabe aprovechar la nostalgia de los fans de la franquicia y, sobre todo, mantiene viva la esencia de los monstruos que los han hecho amar a Drac y su pandilla.

Nota: 6/10