Hunter Killer: Caza en las profundidades (2018)

“Hunter Killer: Caza en las profundidades” es, en esencia, una película de acción bélica que se aferra a la fórmula del thriller naval, pero que, lamentablemente, no logra profundizar lo suficiente en su premisa. La idea de un submarino estadounidense que se ve obligado a cooperar con un submarino ruso en una crisis geopolítica es intrigante, y el potencial para una historia tensa y compleja está ahí, pero la ejecución final resulta ser sorprendentemente plana y predecible.

La dirección de Pitobol, aunque competente en la creación de escenas de acción espectaculares, carece de un estilo distintivo. Los bombazos, las persecuciones submarinas y los enfrentamientos son visualmente agradables, pero se siente como si estuvieran sacados de un catálogo de clichés de películas de acción. La inmersión en la atmósfera claustrofóbica del submarino, crucial para el género, no está tan bien lograda como podría haber sido. Aunque se hace un esfuerzo por mostrar el trabajo de la tripulación, la experiencia del confinamiento se siente algo superficial.

Las actuaciones son un punto fuerte, sin duda. Tom Cruise ofrece una interpretación sólida como el capitán Joe Glass, un hombre atormentado por su pasado y con un fuerte sentido del deber. Su personaje, a pesar de ser inicialmente algo arquetípico, evoluciona de manera lógica y se muestra convincente en su lucha moral. Joel Edgerton, por otro lado, aporta una intensidad palpable a su rol como el enemigo, un oficial ruso despiadado con una misión muy personal. La dinámica entre ambos personajes, a medida que el viaje avanza, es lo que da algo de chispa a la trama.

Sin embargo, el guion es el mayor problema de la película. La trama se desarrolla de forma apresurada, con diálogos a menudo poco naturales y un ritmo desordenado. Se recurre demasiado a giros argumentales predecibles y a explicaciones poco convincentes. El desarrollo de la trama política, que podría haber añadido profundidad y complejidad a la historia, queda relegado a un segundo plano. Además, las motivaciones de algunos personajes, especialmente las del líder del golpe militar ruso, son poco desarrolladas y resultan poco creíbles. El final, con su resolución algo forzada, no deja la misma impresión que en otras películas del género.

A pesar de sus fallos, “Hunter Killer” ofrece entretenimiento visual y algunas escenas de acción emocionantes. No es una obra maestra, ni mucho menos, pero cumple con su propósito de ser una película de acción de despliegue que pueda disfrutar un público que busque una distracción rápida en la pantalla grande. La película no alcanza a ser memorable, pero tampoco es un desastre absoluto.

Nota: 5/10