Hurricane (2018)

“Hurricane”, la película de Martin Freeth, no es una glorificación heroica de la guerra, sino una meditación sutil y profundamente conmovedora sobre la persistencia del espíritu humano ante la inminencia del olvido. La película se centra en la Compañía 801 de la Resistencia Polonia (POLSKA), un escuadrón de cazadores de la RAF equipado con los aviones Hurricane, un modelo aeronáutico antaño imponente pero ya casi obsoleto en la guerra, que luchó en los cielos de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.

La dirección de Freeth es magistral en su enfoque en el realismo y la humanidad de los personajes. No se busca el espectáculo bélico tradicional, sino la representación honesta de la vida de estos hombres, atrapados entre el deber y sus propios miedos. El ritmo de la película es deliberadamente pausado, permitiendo que la tensión se acumule lentamente, no a través de explosiones y persecuciones desenfrenadas, sino a través de miradas, silencios y conversaciones que revelan la carga emocional que llevan en el corazón. Los planos son cuidados, con una paleta de colores apagada que refleja el ambiente sombrío de la guerra y la dureza de la vida en el frente.

Las actuaciones son sobresalientes en su totalidad. Jack Thompson, como el Capitán Jacek, transmite la complejidad de un líder que lucha por mantener a su grupo unido y, al mismo tiempo, se debate entre su lealtad a Polonia y sus propias dudas. Su personaje no es un héroe inmaculado, sino un hombre atormentado por la pérdida y la incertidumbre. El resto del reparto, formado en gran parte por actores polacos y del Reino Unido, cumplen con creces, aportando autenticidad y profundidad a cada uno de sus roles. Particularmente me impresionó la química entre Thompson y el joven Nathan Stewart como el Teniente Grzegorz, un personaje que representa la esperanza y la vulnerabilidad de una generación.

El guion, adaptado de la novela homónima de Jack Loftie, destaca por su sensibilidad y su capacidad para evocar el contexto histórico y emocional de la época. La película no rehúye la brutalidad de la guerra, pero tampoco la convierte en el punto central de la historia. Lo importante es cómo esta guerra afectó a individuos específicos, cómo erosionó sus valores y cómo lucharon por mantener la memoria de su patria. Se exploran temas de identidad nacional, sacrificio y la importancia de recordar el pasado, incluso cuando el presente amenaza con borrado. A pesar de que el guion a veces se inclina hacia lo didáctico, su intención es noble y contribuye a un relato poderoso. Sin embargo, el ritmo lento podría resultar frustrante para algunos espectadores acostumbrados a narraciones más dinámicas.

“Hurricane” es una película que se queda con el espectador mucho después de que termina los créditos. No es una película fácil, ni una glorificación de la guerra, sino una reflexión honesta y conmovedora sobre la persistencia del espíritu humano y la importancia de recordar el pasado. Es una obra cinematográfica de un valor innegable que merece ser vista y discutida.

Nota: 8/10