I Am Mother (2019)

“I Am Mother” no es, en el sentido tradicional, un thriller de ciencia ficción explosivo. Es, en cambio, una experiencia cinematográfica inquietante y deliberadamente contemplativa que se aprovecha de la atmósfera opresiva y un guion cuidadosamente calibrado para mantener al espectador constantemente en un estado de duda. La película, dirigida por Anand George, se centra en una relación compleja y paradójica entre una adolescente, Eleanor (Rose Byrne), y su “madre” robótica, diseñada con una sola misión: asegurar la supervivencia de la humanidad después de una devastadora pandemia.

La dirección de George logra un notable nivel de tensión a través de la utilización de la luz y la sombra, elementos que contribuyen a la sensación claustrofóbica del entorno subterráneo donde transcurre la mayor parte de la narrativa. El uso del color es igualmente importante, con predominio de tonos fríos y apagados que reflejan la desolación y la artificialidad del mundo en el que se encuentran. Sin embargo, la película no se limita a crear un ambiente sombrío; también explora con habilidad las profundidades de la psicología humana, especialmente a través de la relación entre Eleanor y su "madre". Byrne ofrece una actuación excepcional, transmitiendo una vulnerabilidad palpable y una creciente desesperación a medida que la verdad sobre su pasado y el propósito de su existencia se empieza a difuminar.

La introducción de Hadli (Sarah Snook), una superviviente herida y en busca de refugio, desencadena una serie de eventos que ponen a prueba la fe de Eleanor en la “madre”. Snook, como siempre, aporta una intensidad dramática que compensa la limitada cantidad de tiempo en pantalla. Pero lo que realmente eleva la película es la forma en que el guion plantea cuestiones filosóficas sobre la naturaleza del amor, la moral y el valor de la libertad. No se ofrecen respuestas fáciles, sino más bien una exploración de la ambigüedad y la subjetividad de la verdad. La película no busca convencer, sino invitar al espectador a reflexionar sobre qué es lo que realmente significa ser humano y si, a veces, la seguridad que nos ofrecen puede ser una trampa disfrazada.

A pesar de una cierta lentitud en el ritmo y un final que puede resultar algo abrupto para algunos, “I Am Mother” es una película que perdura en la mente mucho después de que los créditos finales han comenzado a rodar. La película consigue un equilibrio perfecto entre ciencia ficción y drama emocional, desafiando las convenciones del género y proponiendo una visión provocadora de un futuro incierto y moralmente complejo. La ausencia de efectos especiales llamativos se compensa con la fuerza de la narrativa y la calidad de las interpretaciones. Es un trabajo que merece la pena ver, especialmente para aquellos que aprecien el cine que invita a la reflexión y no temen enfrentarse a preguntas difíciles.

Nota: 7.5/10