“Mi Manera de Hacerlo” (literalmente “Mi Forma de Hacerlo”) no es una obra maestra que deje una huella imborrable, pero sí una película sólida y absorbente, que se erige como un drama criminal bien contado y ejecutado. Dirigida por Lam Chan-un, la película se sumerge en la tensa dualidad de Ho Sau (interpretado con notable matiz por Liu Yase), un agente encubierto atrapado en una red de mentiras y violencia. La trama, centrada en su lucha interna entre la lealtad a su superior, el despiadado Yau (Lam Suet), y la protección de su esposa y su hija, se construye con un ritmo pausado pero efectivo, permitiendo que la tensión se acumule gradualmente.
El guion, en su mayoría, se beneficia de la cautela y del desarrollo de los personajes. La relación entre Ho Sau y Yau es el núcleo de la película y se explora con una honestidad que rara vez se encuentra en este género. No se recurre a clichés fáciles; la ambigüedad moral está presente y la evolución de la dinámica entre ambos personajes, desde la relativa confianza inicial hasta la desconfianza profunda, es convincente. El conflicto no se presenta como un duelo de espadas, sino como una lenta erosión de la confianza, amplificada por los constantes peligros que acechan a Ho Sau y su familia. La película evita reducir a Yau a un villano unidimensional, dándole matices y, sobre todo, una justificación, aunque retorcida, para sus acciones. La película se preocupa por mostrar las consecuencias del crimen en las vidas de las víctimas, lo que añade profundidad al conflicto.
Las actuaciones son, en su mayoría, sólidas. Liu Yase aporta una fisura de vulnerabilidad a Ho Sau, un hombre que se debate entre el deber y el amor. La interpretación de Lam Suet como Yau es particularmente destacable; logra transmitir la complejidad de un hombre consumido por la ambición y la paranoia. Kent Cheng Jak-Si y Kevin Chu, aunque con roles más secundarios, contribuyen a la atmósfera de peligro constante que impregna la narrativa. No obstante, a veces, la película podría haber invertido un poco más de tiempo en profundizar en el desarrollo emocional de los personajes secundarios, aunque esto no perjudica el disfrute general.
Visualmente, la película mantiene un estilo realista y sin demasiada artificiosidad. La fotografía, aunque no es innovadora, sirve para resaltar el contraste entre la decadencia de los bajos fondos de Hong Kong y la relativa normalidad de la vida familiar de Ho Sau. El uso de la música, principalmente ambient, es efectivo para crear una atmósfera de suspenso y tensión. En definitiva, “Mi Manera de Hacerlo” es una película de crimen bien realizada, que se centra más en la exploración de la moralidad y las consecuencias de las decisiones que toma un hombre, que en la espectacularidad de la acción.
Nota: 7/10