I Feel Good: La historia de James Brown (2014)

“I Feel Good: La Historia de James Brown” no es simplemente una biografía; es un orgasmo audiovisual y sonoro, una inmersión total en el universo caleidoscópico de un hombre que redefinió la expresión musical. Esta película, dirigida con una audacia y una pasión palpable por Curtis Hudson, se atreve a explorar la complejidad de James Brown, su genio creativo y su vida marcada por la adicción, la ambición desmedida y una relación tumultuosa con su hijo, Roger. Hudson no se limita a presentar la historia cronológica; opta por una aproximación fragmentada y emocional, tejiendo la narrativa a través de flashbacks, sueños y anhelos, creando una atmósfera onírica que refleja la mente incesante y en constante movimiento de Brown.

La dirección de Hudson es, sin duda, el punto fuerte de la película. Logra capturar la intensidad de la música de James Brown, no solo a través de la banda sonora –que es, irónicamente, una selección exquisitamente cuidada de sus propios éxitos– sino también mediante la puesta en escena, la iluminación y el ritmo. La película se mueve con la misma energía frenética que caracterizó la actuación de Brown, y la cámara, a menudo en primer plano, nos permite conectar íntimamente con sus emociones y su presencia magnética. La película no rehúye la oscuridad en la vida de Brown, mostrando la violencia, la frustración y la soledad que se escondían detrás de su leyenda. Se presenta una imagen a menudo simplificada como un showman carismático, pero aquí se muestra un hombre con profundas heridas emocionales.

La actuación de Winston Duke como James Brown es, en mi opinión, la mejor que he visto en un biopic musical en años. Duke no se limita a imitar la voz y el movimiento de Brown; lo *entiende*. Captura la arrogancia, el miedo, la vulnerabilidad y la ira que lo impulsaron. Su interpretación es visceral y conmovedora, y la química entre Duke y sus compañeros de reparto –especialmente en las escenas que muestran la relación con sus hijos y su esposa– es palpable. No se trata de una copia; es una interpretación que se alimenta de una profunda comprensión de la esencia de James Brown.

El guion, aunque en ocasiones carece de la profundidad que merecería, se basa en una investigación exhaustiva y en testimonios de personas cercanas a Brown. La película evita caer en la glorificación excesiva y, de hecho, presenta una visión bastante equilibrada de su vida. Sin embargo, algunos momentos podrían haberse desarrollado con mayor detalle, especialmente en lo que respecta a las razones detrás de sus conflictos internos y su adicción. A pesar de estas pequeñas carencias, el guion logra transmitir la ambición y la determinación que impulsaron a Brown a alcanzar la cima del mundo del soul. La decisión de mostrar el desarrollo de su carrera a través de actuaciones en directo es un recurso efectivo y dinámico.

En definitiva, “I Feel Good” es una película imprescindible para cualquier amante de la música soul y para aquellos interesados en conocer la historia de un hombre extraordinario. No es un biopic perfecto, pero es una experiencia cinematográfica intensa, emotiva y, sobre todo, visceral. Es una película que te hace sentir, que te hace pensar y, sobre todo, que te hace vibrar al ritmo de la música de James Brown.

Nota: 8.5/10