“Il Lupo” de Stefano Calvagna no es un thriller de acción convencional, ni siquiera un thriller en el sentido más amplio. Es, sobre todo, una radiografía clínica del alma humana deshecha. La película no intenta justificar el acto de Franco Scattoni, el “Lobo” de Perugia, sino que se empeña en mostrarlo, en desmantelar su psique hasta llegar a las raíces de su violencia. Calvagna logra esto con una meticulosidad que se nota en cada fotograma, construyendo una atmósfera de creciente tensión y claustrofobia que te envuelve y te incomoda hasta el final.
La dirección de Calvagna es, con diferencia, el punto fuerte de la película. No recurre a los trucos visuales habituales en este género. Se centra en la inmediatez del drama, en la observación paciente de los personajes, en el detalle que revela la desesperación latente de Scattoni. El uso de la cámara, a menudo baja y cercana, crea un efecto de intimidad, de que somos testigos directos de los actos de violencia, lo que intensifica el impacto emocional. Hay una lentitud deliberada en la narrativa, un espacio para el silencio y la contemplación que se oponen a la linealidad y la aceleración del ritmo que a veces dominan los thrillers modernos. Es un ejercicio de paciencia que recompensa al espectador que está dispuesto a sumergirse en la historia, aunque no sea fácil.
Massimo Bonetti, como Franco Scattoni, ofrece una interpretación absolutamente magistral. No se trata de un villano caricaturesco, sino de un hombre complejo, marcado por la enfermedad y la soledad. Su mirada transmite una profunda tristeza, una sensación de estar atrapado en un ciclo de dolor que se alimenta de su propia epilepsia. La película explora de manera efectiva la relación entre la enfermedad y la violencia, sugiriendo que ambas pueden ser síntomas de una profunda desesperación. Las actuaciones secundarias también son sólidas, especialmente la de Mirko Petrini, que encarna la figura de un policía atormentado por la moralidad y la imposibilidad de detener al “Lobo”.
El guion, basado en hechos reales, es sutil y sin adornos. Se centra en la psicología del protagonista, evitando juicios morales y permitiendo que el espectador forme sus propias conclusiones. La historia se desarrolla con un gran respeto por la verdad, sin caer en simplificaciones. Aunque la trama es relativamente sencilla – un asesinato tras otro – la complejidad reside en la comprensión de las motivaciones de Scattoni y en la representación de su mundo interior. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza de la violencia, la enfermedad y la responsabilidad individual.
“Il Lupo” es una película perturbadora, inquietante y profundamente humana. No es una película para todos los públicos, pero aquellos que la disfruten se dejarán llevar por su atmósfera opresiva y por la intensidad de sus personajes. Es una película que perdura en la mente después de verla, que te hace reflexionar sobre la fragilidad de la condición humana y sobre los límites de la razón.
Nota: 8/10