I'll Believe You (2007)

“I’ll Believe You” es una película que, a pesar de sus ambiciones de ser un thriller psicológico lleno de suspense, termina siendo un ejercicio de ritmo lento y deliberadamente inquietante. Dirigida por Justin Parkinson, la película se centra en Dale Sweeney, un locutor nocturno de radio en Portland, Oregon, cuya vida rutinaria se ve sacudida por una llamada telefónica en un idioma desconocido que provoca una serie de eventos que lo llevan a cuestionar su propia cordura y la realidad que le rodea.

La película está fuertemente influenciada por el cine de terror de los años 70, particularmente trabajos como "The Wicker Man" y "The Tenant", lo que le confiere un tono particular. Sin embargo, a diferencia de esas películas clásicas, “I’ll Believe You” se adentra en un territorio mucho más sombrío y menos en el terror explícito. La atmósfera se construye gradualmente, a través de la música disonante, la iluminación sombría y la caracterización de los personajes, pero este proceso, aunque efectivo a corto plazo, se vuelve repetitivo y, en última instancia, frustrante. La película se beneficia enormemente de la dirección de arte, que recrea un Portland decadente y claustrofóbico, perfecto para la sensación de encierro que la película intenta transmitir.

El actor principal, Kevin Corrigan, ofrece una actuación sutil pero impactante como Dale. Su personaje es un tipo inestable, atormentado por sus propios demonios internos, y Corrigan logra transmitir esa vulnerabilidad y esa sensación de desasosiego de manera convincente. El resto del reparto, incluyendo a Brett Donahue y Heather Graham, aunque con menos profundidad, cumplen su cometido y contribuyen a la atmósfera general de la película. Donahue, en particular, aporta una dosis de ambigüedad interesante como un amigo de Dale que se ve obligado a colaborar en la investigación. Graham, en su papel de una periodista, ofrece un guiño de sarcasmo y desconfianza que funciona muy bien.

El guion, escrito por Parkinson, es donde la película más notablemente falla. Si bien la premisa inicial es intrigante, la resolución del misterio, cuando finalmente llega, se siente anticlimática y, en cierto modo, diluida. El misterio en sí mismo, al ser construido en torno a una entidad misteriosa y aparentemente omnisciente, se centra demasiado en la creación de tensión que en la resolución de la historia. La película se arrastra con demasiada lentitud, permitiendo que el espectador pierda interés en el proceso de investigación, lo que resta valor a la revelación final. Además, algunos diálogos, especialmente los intercambiados entre Dale y sus amigos, a veces llegan a ser redundantes y poco inspirados.

A pesar de sus fallas, “I’ll Believe You” posee un cierto encanto. Es una película que se aprecia por su atmósfera, sus actuaciones sólidas y su aspiración a ser algo más que un simple thriller. Sin embargo, la lentitud, la falta de ritmo y una resolución decepcionante limitan su potencial. Es un ejercicio de estilo que, en última instancia, no logra consolidarse como una obra realmente memorable.

Nota: 6/10