Immortals (2011)

“Immortals” es una película que intenta reinterpretar la mitología griega con la grandilocuencia propia del género de acción de fantasía, pero termina siendo una experiencia visualmente agradable pero emocionalmente distante. La película, dirigida por Peter Berg, se adentra en la historia de Teseo, un humilde campesino, elegido por Zeus para detener la implacable invasión de Hiperión, un rey deificados que pretende desatar a los Titanes y sumir a Grecia en el caos. El núcleo de la trama, la lucha por el Arco de Epiro, un arma divina con el poder de liberar a los titanes, está ricamente arraigado en la leyenda, aunque la ejecución de esta premisa se siente a veces superficial.

A nivel visual, la película es innegablemente espectacular. El diseño de producción es sobresaliente; las batallas épicas, coreografiadas con una audacia considerable, son un festín para los ojos. Los efectos especiales, aunque en algunos momentos resultan algo artificiales, logran crear imágenes impresionantes, especialmente en las escenas que involucran a los Titanes, quienes, de forma inquietante, emergen de las profundidades del Tártaro. La banda sonora, compuesta por aclamados músicos como Hans Zimmer y Junkie XL, complementa perfectamente la acción y aumenta la sensación de grandeza y amenaza.

Sin embargo, el guion es donde la película realmente tropieza. Si bien la premisa es interesante, la historia se siente poco elaborada y las motivaciones de los personajes, a menudo, carecen de profundidad. Hiperión, interpretado por Mickey Rourke, es un villano unidimensional, cuya sed de poder se presenta de una manera poco convincente. Aunque Rourke entrega un esfuerzo físico considerable, su actuación se queda en la mera representación de la crueldad, perdiendo la oportunidad de explorar la complejidad de un gobernante despojado de su humanidad. Los demás personajes secundarios, como Atenea (interpretada por Eva Green), se ven relegados a roles meramente funcionales, sin suficiente espacio para desarrollar sus motivaciones o sus arcos de personaje. La relación entre Teseo y Atenea, que podría haber sido el corazón emocional de la película, se presenta de forma apresurada y sin un desarrollo adecuado.

Berg intenta evocar la escala y el dramatismo de las películas de mitología clásicas, pero se le escapa el equilibrio entre la grandilocuencia y la emoción. “Immortals” es, en última instancia, una película de acción con un trasfondo mitológico, que prioriza la espectacularidad visual sobre la narrativa y el desarrollo de personajes. La dirección técnica es sólida, pero el guion y la actuación son elementos que podrían haber elevado la película a un nivel superior. Se nota la ambición, pero la ejecución no siempre logra cumplirla. El resultado es un espectáculo visualmente atractivo, pero superficial en cuanto a su profundidad emocional y narrativa.

Nota: 6/10