Impacto (1981)

“Impacto” es una película que, a pesar de sus elementos intrigantes, termina siendo una experiencia desconcertante y, en ocasiones, frustrante. La historia, centrada en el ingeniero de sonido Samuel, un individuo aparentemente insignificante cuya vida se ve sacudida por un accidente aparente, posee un potencial prometedor. Sin embargo, la dirección de David Klein se queda a menudo en la superficie, buscando crear suspense sin profundizar lo suficiente en la psicología de su protagonista o en las consecuencias de los eventos. El ritmo es irregular; momentos de tensión sostenida se interrumpen abruptamente por escenas excesivamente alargadas y, a veces, sin sentido.

La dirección, aunque intenta construir una atmósfera de inquietud y paranoia, no logra crear una verdadera sensación de peligro. El uso de la música, predominantemente ambiental y con toques disonantes, es efectivo en ciertos momentos, pero se vuelve repetitivo y predecible. La fotografía, en general, es correcta, pero carece de una identidad visual propia. Se busca un estilo visual “noir” moderno, pero no se logra alcanzar la profundidad o el impacto emocional que se espera.

La actuación de Daniel Huppert como Samuel es, sin duda, el punto fuerte de la película. Huppert ofrece una interpretación magistralmente contenida, transmitiendo con sutileza la creciente desconfianza y obsesión del personaje. Su mirada, cargada de dudas y sospechas, es el motor principal de la narrativa. El resto del reparto, en cambio, resulta algo desaprovechado. Las interpretaciones de la pareja muerta, interpretados por los jóvenes actores Emily Watson y Ben Foster, son planas y carecen de profundidad, lo que debilita considerablemente el impacto de sus muertes.

El guion es, en última instancia, el mayor problema de “Impacto”. La premisa –un ingeniero de sonido que descubre un posible atentado presidencial– es sólida, pero la ejecución es torpe y confusa. El guion se llena de agujeros argumentales, giros repentinos que no tienen una justificación lógica y diálogos poco naturales. El desarrollo del personaje de Samuel es superficial y, al final, no se comprende completamente su motivación para seguir investigando. La película parece querer ofrecer múltiples pistas y teorías, pero sin llegar a ninguna conclusión satisfactoria. La resolución, particularmente, es abrupta e insatisfactoria, dejando al espectador con más preguntas que respuestas.

No obstante, la película logra mantener cierta tensión, impulsada principalmente por la actuación de Huppert y la ambigüedad constante que impregna la trama. “Impacto” no es una obra maestra, pero sí una experiencia cinematográfica interesante para aquellos que disfruten de películas de suspense atmosférico y que no tengan miedo de dejarse llevar por la incertidumbre. La película es un ejercicio de suspense logrado pero imperfecto, con un gran potencial desperdiciado.

Nota: 6/10