Infiltrado en el KKKlan (2018)

“Infiltrado en el KKKlan” es una película que no solo cuenta una historia fascinante, sino que también plantea preguntas esenciales sobre el coraje, la identidad y el impacto del racismo en la sociedad estadounidense. La película, dirigida con maestría por Spike Lee, logra un equilibrio delicado entre la comedia y la tragedia, creando una experiencia cinematográfica que es a la vez entretenida y profundamente conmovedora. Lee, conocido por su estilo audaz y socialmente comprometido, no rehuye la crudeza de la época ni la brutalidad de los actos del KKKlan, pero lo hace con una sensibilidad que evita el sensacionalismo fácil.

La historia de Ron Stallworth, interpretado por Christopher Sanders, es, en esencia, una oda al heroísmo silencioso. Su decisión de infiltrarse en el KKKlan no se basa en un deseo de venganza o de enfrentarse directamente a la amenaza, sino en un profundo sentido de responsabilidad hacia su comunidad. La película se enfoca en la meticulosa preparación y en el constante riesgo al que se enfrenta Ron, desde la creación de un alias hasta el montaje de llamadas telefónicas que lo acercan al objetivo. La tensión es palpable, el suspense es constante y la veracidad de la situación se construye de forma brillante, gracias en parte a la dirección artística y a la banda sonora, que evocan la atmósfera de los años 70 con una eficacia notable.

El reparto es excelente en su conjunto, destacando particular la actuación de John David Washington como interpretaciones gemelas de Ron Stallworth. Su capacidad para cambiar su voz y su comportamiento de forma tan convincente es admirable y fundamental para el éxito de la trama. Sin embargo, la película no se queda en la mera actuación; Lee explora la compleja dinámica entre Ron y su socio Benny, interpretado por Ade James, mostrando cómo la amistad y la confianza son cruciales en una misión tan arriesgada. El desarrollo de este vínculo, a pesar de las circunstancias, es uno de los puntos fuertes de la narrativa.

El guion, adaptado de la autobiografía de Ron Stallworth, es inteligente y bien estructurado. Lee no se limita a recrear un evento histórico, sino que utiliza la historia de Stallworth para reflexionar sobre las divisiones raciales, la hipocresía del poder y el impacto del prejuicio en la vida de las personas. La película, de forma sutil, invita a la reflexión sobre el concepto de “héroe”, cuestionando si la valentía se define únicamente por acciones audaces o también por la perseverancia y la capacidad de resistir la adversidad. No es una película que da respuestas fáciles, pero sí que ofrece una perspectiva valiosa y, sobre todo, provoca la discusión.

A pesar de sus momentos dramáticos, “Infiltrado en el KKKlan” conserva un toque de humor que, sorprendentemente, funciona muy bien. El humor no es caricaturesco o burdo; se basa en las situaciones propias del personaje y en el contraste entre la postura aparentemente “normal” de Ron y la naturaleza perturbadora de sus objetivos. Este equilibrio entre lo serio y lo divertido hace que la película sea accesible a un público amplio, sin perder su mensaje fundamental. En definitiva, es un trabajo cinematográfico sobresaliente, un retrato honesto y conmovedor de un momento crucial de la historia estadounidense.

Nota: 8.5/10