Infiltrados (2006)

“Infiltrados” es una película de crimen que, pese a contar con un premisa intrigante y elementos de suspense bien empleados, no alcanza la profundidad que podría haber tenido. Dirigida por Phillip Noyce, la película se centra en la tensa relación entre dos policías, Billy Costigan (Bryan Cranston) y Colin Sullivan (Josh Lucas), que se ven envueltos en una batalla de poder contra la implacable mafia irlandesa liderada por el legendario Frank Costello (Robert De Niro). La película se construye sobre la idea de la doble agencia: ambos policías, en diferentes grados, trabajan para distintas facciones, creando una red de engaños y traiciones que se teje con maestría, al menos inicialmente.

La dirección de Noyce es sólida, con una cuidadosa selección de planos y una atmósfera opresiva que refleja la paranoia y el peligro constante que acechan a los personajes. Se utilizan con eficacia los espacios claustrofóbicos de Boston para acentuar la sensación de encierro y la amenaza latente. Sin embargo, la película, aunque visualmente atractiva, a veces se deja llevar por la formalidad, optando por un estilo narrativo algo distante que impide una verdadera conexión emocional con los personajes. La banda sonora, a menudo subestimada, contribuye efectivamente al tono de tensión, pero carece de momentos memorables.

Las actuaciones son, en general, convincentes. Bryan Cranston, conocido por su magistral interpretación de Walter White en “Breaking Bad”, ofrece una interpretación sutil y escalofriante de Billy Costigan, un hombre consumido por la ambición y la lealtad a su familia. Robert De Niro, como siempre, aporta una presencia imponente y un carisma amenazador a Frank Costello, logrando transmitir la arrogancia y la crueldad del mafioso. Josh Lucas, por otro lado, se limita a ser un actor competente, aunque su personaje, Colin Sullivan, no recibe suficiente desarrollo para que el espectador se identifique realmente con él. El conflicto interno de Sullivan, la lucha entre su deber y sus ambiciones personales, es algo superficial en comparación con el peso que podría haber tenido.

El guion, aunque presenta ideas interesantes sobre la infiltración y la doble agencia, finalmente se queda corto en su desarrollo. Se plantean preguntas sobre la moralidad y la lealtad, pero la exploración de estas cuestiones se limita a una serie de eventos y confrontaciones que no profundizan en el análisis de los personajes o las consecuencias de sus acciones. La trama, a pesar de los giros inesperados, se siente, en ocasiones, predecible. El ritmo, lento en algunas partes, se acelera un poco en la recta final, pero no logra compensar la falta de desarrollo de ciertos personajes y la superficialidad de algunos temas.

En definitiva, “Infiltrados” es una película de crimen entretenida pero no trascendente, que cuenta con buenas actuaciones y una atmósfera tensa, pero que falla en su potencial narrativo. Es un thriller que te mantiene enganchado durante su duración, pero que no deja una huella duradera.

Nota: 6/10