Inmaduros (2011)

“Inmaduros” (2023) es una comedia que, a pesar de algunas fallas, logra capturar con crudeza y humor la angustia de la edad adulta temprana y las presiones sociales que la acompañan. La película nos presenta a un grupo de amigos de la adolescencia, ahora en sus primeras etapas universitarias, enfrentando una situación inesperada y, para muchos, desastrosa: un nuevo examen para validar sus estudios. El detonante, un fallo en el examen original, los obliga a revivir una experiencia que ya creían superada, revelando sus inseguridades y conflictos subyacentes.

La dirección de Juan Antonio de la Casa es sólida y se basa en un tono realista que evita caer en la caricatura. Se centra en el día a día de los personajes, en sus diálogos y en las pequeñas situaciones que conforman su rutina. La película no se basa en explosiones o escenas grandilocuentes, sino en la observación y el desarrollo gradual de la tensión. Sin embargo, a veces la dirección se siente un poco lenta, y podría haber optado por un ritmo más ágil para mantener la atención del espectador. Se nota una influencia del cine independiente español, con un estilo naturalista que busca la autenticidad y la cotidianidad.

El reparto es uno de los puntos fuertes de la película. Los actores transmiten con convicción la angustia, la frustración y el humor de sus personajes. Daniel de la Vega y Paula Mora, como los protagonistas, ofrecen actuaciones especialmente sólidas, mostrando la evolución de sus personajes y las complejidades de sus relaciones. El resto del grupo – María José Mauleon, José Luis de Riggi, y otros – también cumplen su cometido, aportando matices y diversidad a la dinámica del grupo. Se nota una química palpable entre los actores, que es fundamental para que el humor funcione y el melodrama no se sienta artificial.

El guion, aunque bien intencionado, presenta algunas inconsistencias. El conflicto central – el examen y la repetición – es un vehículo útil para explorar las tensiones del grupo, pero la narrativa se deja por momentos un poco confusa. Algunos personajes se sienten menos desarrollados que otros, y se podrían haber explorado más a fondo sus motivaciones y conflictos internos. Además, la comedia, a pesar de los momentos más brillantes, a veces se siente forzada y un poco artificial, buscando soluciones fáciles a problemas que podrían haber sido tratados con mayor sutileza. La exploración de temas como la amistad, la soledad, la presión social y la búsqueda de identidad es interesante, pero no siempre se logra con la profundidad deseada.

A pesar de estas fallas, “Inmaduros” es una película que invita a la reflexión sobre las expectativas que nos imponemos y las dificultades de crecer. Es un retrato honesto y a veces incómodo de la juventud en crisis, con un mensaje sobre la importancia de la amistad y la aceptación de uno mismo. Es una comedia que, aunque no sea una obra maestra, merece la pena ver y que, sobre todo, genera conversación.

Nota: 6.5/10