Inspector Gadget (1999)

‘Inspector Gadget’ no es una película que busca trascender el canon de la nostalgia. De hecho, su objetivo principal, y su principal éxito, es precisamente eso: evocar la magia y el absurdo de la serie de dibujos animados de los años ochenta. La película, dirigida por Robert Zemeckis, no intenta modernizar la historia ni darle un giro particularmente original, sino que se sitúa con admirable fidelidad en la estética y el tono de aquel programa televisivo que marcó una generación. Esta decisión, en sí misma, merece un aplauso. La película captura a la perfección la torpeza, la ineficiencia y el diseño visual exagerado que caracterizaban al Inspector Gadget, con la colaboración de los efectos especiales de Stan Winston, que logran un nivel de detalle y expresividad en los dispositivos que transforman al personaje, que es sorprendentemente convincente.

La historia, aunque básica, funciona perfectamente en el contexto de la película. La trama de John Brown, un guardia de seguridad corriente que se ve obligado a asumir el papel del Inspector Gadget para detener al villano Sanford Scolex, es predecible pero entretenida. La película se centra en el desarrollo del personaje de John, mostrando su frustración inicial por su incapacidad para ser un héroe, y su eventual aceptación (y, por supuesto, torpeza) de su nuevo rol. Al parecer, la idea era que el público disfrutes del caos que genera el personaje, y en ese aspecto la película no falla. Los efectos visuales, sin embargo, no son el único elemento que contribuye a este caos. La dirección de Zemeckis, que utiliza la técnica de captura de movimiento, permite al actor Ben Gadget (Sam Rockwell) mostrar la verdadera personalidad del personaje: un hombre con una fuerte voluntad de hacer lo correcto, pero constantemente víctima de sus propios dispositivos.

La película a veces se sacrifica en su búsqueda de la lealtad a la serie original. Algunos diálogos, aunque son graciosos, se sienten un tanto forzados y repetitivos. Además, la trama se complica un poco con la inclusión de otros personajes secundarios, algunos de los cuales podrían haberse omitido para mantener el enfoque en el Inspector Gadget y su lucha contra Scolex. No obstante, el ritmo de la película es ágil y las escenas de acción, aunque cómicas y a menudo caóticas, son visualmente atractivas. La química entre Rockwell y Claudia Jane, quien interpreta a la detective Honey Ryder, es notable y añade un elemento humano a la historia. La película, en definitiva, ofrece una experiencia de entretenimiento ligero y divertido, que no pretende ser una obra maestra cinematográfica, sino un homenaje nostálgico a un clásico de la animación.

Nota: 6.5/10