Intocable (2011)

“Intocable” no es simplemente una comedia, es un manifiesto. Una declaración audaz y a menudo desconcertante sobre las barreras sociales y cómo, contra todo pronóstico, la conexión humana puede encontrar un camino a través de las divisiones más profundas. La película, dirigida con una sensibilidad sorprendente por Philippe Lacamp, se aleja de las fórmulas convencionales del género, optando por un estilo visualmente rico y narrativamente arriesgado que recompensa la paciencia del espectador.

La premisa, aunque inicialmente descabellada, es la piedra angular de una historia que se construye con un cuidado metódico. El contraste entre Philippe, un hombre acostumbrado a la etiqueta y el protocolo de la alta sociedad, y Driss, un inmigrante del barrio de Belleville con un pasado turbulento, genera una tensión inicial palpable. La dirección de Lacamp se centra en este choque cultural, mostrando cómo la incomodidad y la sorpresa se transforman gradualmente en respeto y, finalmente, en una inesperada amistad. No se trata de una solución fácil, sino de un proceso complejo y lleno de pequeños detalles que hacen que la relación de los dos personajes sea críble y genuina.

Las actuaciones son, sin duda, un pilar fundamental del éxito de la película. Vincent Lindon ofrece una interpretación magistral como Philippe, transmitiendo con sutileza la desesperación, la frustración y, al final, la alegría que encuentra en la inesperada compañía de Driss. También merece una mención especial el trabajo de Pio Marachelo, quien interpreta a Driss con una autenticidad conmovedora. Marachelo logra capturar la complejidad de su personaje, mostrando su fuerza, su vulnerabilidad y su sentido del humor, creando un personaje inolvidable. La química entre ambos actores es innegable, y es precisamente esa conexión la que hace que la historia sea tan persuasiva.

El guion, adaptado del libro de Pierre Lemaitre, está impecablemente estructurado. La trama no se centra en el drama de la discapacidad de Philippe, sino que utiliza la relación entre él y Driss para explorar temas como la inmigración, el racismo, la clase social y la búsqueda de la identidad. La película se toma su tiempo para desarrollar los personajes, mostrando su evolución a lo largo del tiempo. La incorporación de Vivaldi y Earth Wind and Fire, por cierto, se siente natural dentro del universo de la película, aportando momentos de humor y sorpresa sin restar importancia al drama central de la historia. Es un guiño inteligente que subraya la idea de que la belleza y la armonía pueden surgir de las conexiones más inesperadas.

En definitiva, “Intocable” es una película que te incomoda, te hace reír y, al final, te conmueve. Es una historia sobre la esperanza, la amistad y la capacidad humana para superar las adversidades. Un festín para la inteligencia y el corazón, lejos de ser un simple entretenimiento, invita a la reflexión y demuestra que, a veces, lo que más necesitamos es un amigo inesperado.

Nota: 8.5/10