Invasión (2007)

“Invasión” (Invasion), el remake de “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”, no es una película que deja una impresión duradera, pero sí que se aferra a la memoria con una inquietud palpable y un terror psicológico sutil, aunque quizás demasiado lento para algunos espectadores. La película, dirigida por Oliver Stone, se distancia notablemente de la original, optando por un enfoque más introspectivo y menos explosivo, lo cual, en última instancia, resulta en una experiencia cinematográfica más densa y contemplativa. Stone, conocido por su capacidad para abordar temas políticos y sociales complejos, aquí se centra en el miedo a lo desconocido y en la desestabilización de la psique humana ante un evento apocalíptico.

La trama, aunque familiar a quienes conocen la película de 1978, se desarrolla con una lentitud deliberada que a veces puede frustrar. El lento desarrollo inicial, que se centra en la doctora Rachel Ells (Amy Adams), una psiquiatra que observa un aumento en comportamientos extraños entre sus pacientes, establece una atmósfera de tensión que es, sin duda, efectiva. Adams ofrece una actuación contundente, transmitiendo tanto la frustración y la desesperación de una científica que lucha contra un misterio que desafía toda lógica, como la creciente angustia maternal al descubrir la amenaza para su hijo, Caleb (Gabriel Byrne). Su interpretación es la piedra angular de la película y la que la mantiene en pie, a pesar de sus momentos más vacilantes.

Sin embargo, el guion, a pesar de sus buenas intenciones, carece de la fluidez y la tensión vertiginosa que caracterizan a la original. La película se pierde en explicaciones científicas que, aunque bien intencionadas, a menudo se sienten torpes y poco convincentes. Además, el ritmo pausado puede resultar tedioso para aquellos que buscan un espectáculo de acción. La ciencia ficción se filtra, pero no domina la narrativa, y la invasión extraterrestre, aunque conceptualmente intrigante, se presenta de forma algo esquemática. La película intenta construir un terror más existencial, sugiriendo que la verdadera amenaza reside en la pérdida de la humanidad, pero a veces se ve eclipsada por la complejidad de la explicación científica.

A pesar de sus fallos, “Invasión” posee una belleza visual notable, con paisajes espectaculares de la costa de Washington que complementan la sensación de aislamiento y vulnerabilidad. La fotografía, cuidada por Lance Acord, es particularmente efectiva en la representación de la atmósfera opresiva y la sensación de que algo terrible está a punto de suceder. El sonido, por su parte, contribuye significativamente a la tensión, utilizando efectos de sonido sutiles pero inquietantes para amplificar la sensación de amenaza inminente. La banda sonora, compuesta por Danny Elfman, es, sin duda, un acierto, elevando las escenas más emotivas y contribuyendo a la sensación general de terror psicológico.

Nota: 6/10